Una defensa libertaria de la difamación (“Cristina es una ramera”, 01/12/2014)

Por Artyom Reshetnyak, autor de “La verdad no puede ser ignorada”.

difamación cárcel

 

Somos esclavos del Estado y peones de la Sociedad. Han penalizado las necesidades básicas del hombre como el sexo (y la prostitución) y la libre expresión instaurando límites. Lo cierto es que todo esto tiene poco de ser natural y deriva de la ignorancia. Se han inventado derechos, se los ha categorizado y se los ha blindado a la fuerza. ¿El derecho a la honra? No hay ficción más peligrosa para la prensa libre. ¿Tanta sensibilidad de parte de quienes dicen sufrir un atentado a su imagen? ¿O demasiada arrogancia? No existe el derecho a la honra, ni a la vida y ni siquiera a la expresión. Todos son realmente parte del derecho supremo de la propiedad. ¿Cuesta entenderlo? Veamos…

 

El derecho a la vida no es más que la autopropiedad que tiene uno sobre sí mismo. El derecho a la expresión es la propiedad que tiene uno sobre su voz, su discurso, sus palabras. ¿Qué es entonces el derecho a la honra? ¿La propiedad de la imagen? Resulta que la imagen que tienen todos sobre uno mismo le pertenece a los demás. ¿Esto no suena muy libertario? Si la presidenta Cristina tiene de sí misma una imagen de mujer inmaculada… ¿atentamos contra su honra al decir que no pensamos que sea así? O si alguien cree que es guapo… ¿atentamos contra su honra al decir que no lo es? ¿¿Entonces por qué las femimarxistas pretenden denunciarme por difamación?? Simplemente porque atentan contra la libertad y la propiedad. Su autoritarismo es evidente. Lo que para ellas está mal, para mí no. Así que seguiré difamando todo lo que quiera. ¡Porque así liberaré la mente de los argentinos y sacaré a la luz el complot mundial! ¡Nuestra honorabilidad no nos pertenece y no podemos pedir indemnización por las ficciones de la difamación y la calumnia! Si llegaran a proceder las acusaciones contra mí, huiría de este país autoritario y pasaría a la clandestinidad. Pero jamás dejaré de denunciar sus crímenes, promotoras del mito de la trata.

 

Hace poco leí el texto del fascista Ricardo. Claramente es un hombre que defiende a capa y espada el autoritarismo e intenta justificarlo a costa de su vida. Estas lacras autoritarias son las que sobran en la sociedad y deben ser eliminadas. Ya pronto iré a Perú a eliminarlas personalmente. Uno a uno. Pero primero planeo sacar a Maduro de Venezuela. Solo puedo estar de acuerdo con ellos en que los neomarxista son muy peligrosos, pero realmente no hay diferencias entre fascistas y socialistas. Ambos son igual de autoritarios y quieren esclavizarnos. Hay que armarnos antes de que sea muy tarde.

 

*Suyana Huamaní también me parece un HOMBRE detestable. Con el único gay que estoy parcialmente de acuerdo es con el libertario César Oncoy.

 

 

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ARTYOM RESHETNYAK SERÁ ENTREVISTADO EL 20 DE DICIEMBRE.