Pongámonos serios (“tercermundistas”, 20/04/2013)

-Nuestro editorialista es un sujeto que viene del futuro (???).

¿Quién es Dwan Hovec? ¿Y por qué es nuestro editorialista? Parece ser otro de esos autores que el Directorio contrata al por mayor. Sí, la culpa de tener que aguantar articulistas como él es enteramente del Directorio (ese quinteto de tarados).

¿Ucronías febriles?

 

No gastaré más palabras en ese sujeto. Sobre Morás debo decir que acepto su tregua y entiendo que no pueda responderme: él no está a la altura. Pero le responderé brevemente a lo que me dijo.

 

“Bertol es minarquista, por ende defiende al monopolio básico de violación de voluntades y se deduce por su retórica dogmática y de clon que es de la clase de imbéciles que no reconoce la existencia del adoctrinamiento, el fraude, la enajenación o la desigualdad extrema en los pactos supuestamente voluntarios.”


Una cosa es que un pacto no se dé entre iguales (en el sentido de que dos personas no poseen la misma cantidad de bienes materiales) y otra, muy diferente, es que el pacto entre no iguales sea involuntario o obligado. Un hombre que acepta un trabajo de 10 dólares al mes lo hace de manera voluntaria. Puede elegir no hacer nada o pedirle ayuda a su Estado de manutención. Así que un pacto así es enteramente voluntario. Ahora, ¿eso significa que el pacto es moral? Aquí discrepo con los ancaps. Que algo sea voluntario no significa directamente que es justo o moral. Porque yo le puedo ofrecer un salario miserable a un mendigo y este puede aceptarlo de manera voluntaria pero eso no quita que yo sea un sujeto que pueda merecer el desprecio social. ¿Y por qué lo merecería? Porque estoy pagando un salario socialmente (intersubjetivamente) injusto.

 

Pero si vemos explotación en todo trabajo (como los libertarios) pues entonces deseo conocer la justificación de esa prédica. Y de paso que me digan el porqué iría a juicio alguien que ganó dinero justamente. Si estamos de acuerdo en que los justo no lo definen leyes ahistóricas y absolutas, entonces solo nos queda hablar de lo socialmente aceptado (que no es lo mismo que lo que manda o afirma la aristocracia estatal). Pero parece ser que los libertarios como Morás apelan a cuestiones ahistóricas y absolutas, como los ancaps, al hablar de lo justo e injusto. Pero recordar que hablar de cuestiones ahistóricas y absolutas no es más que hablar de cuestiones etnocéntricas (y en este último punto serían similares a los ancaps). ¿De qué otro modo se entiende que los banqueros sean de por sí “gente que ha acumulado ilegítimamente”? No molesten.

 

Ancaps y libertarios se creen los maridos o novios posesivos de la libertad. La libertad, por otro lado, solo tiene amantes.

 

Por cierto, me gustaría hacerle unas preguntas al “chico del futuro”. Ahora iré a alistar mi entrevista al miembro del partido hombrista.

 

 

Ander Bertol