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Carta del 14 de julio: sobre el veganismo y el complot matriarcal («El amigo del pueblo»)

de Jean Paul Marat

veganismo portada
¿Puede este animal entender la escena de horror?

 

 

Hace unos días los miembros de un grupo de violación internacional mataron a un infiltrado. Todos ellos ya aparecen en mi lista. Por suerte, para usted, H. A., es el último de ella. Pero recuerden que ya han mostrado su naturaleza enfermiza y no hay marcha atrás.

 

 

Últimamente me he percatado de otro mecanismo de sometimiento disfrazado de buenas intenciones…

 

 

El veganismo: cómo hacer hombres débiles y sometidos por el matriarcado.

 

 

Desde hace unas décadas, y con más fuerza en el ultimo tiempo, los veganos están tomando control de la alimentación de la sociedad tratando de imponer sus normas sectarias y completamente absurdas. Crearon toda una moral y ética de lo que es bueno consumir y de lo que es despreciable. Todos aquellos que se oponen a sus reglas son considerados asesinos.

 

Es uno de los logos del movimiento Vegano que busca prohibir el consumo de cualquier producto que viene de un animal.

 

 

Los veganos están íntimamente interrelacionados con el igualmente demencial y sectario movimiento pro derechos animales y juntos luchan por casi lo mismo. De este último movimiento hay que destacar que es el colmo del absurdo. Los igualitaristas (gente que ha corrompido el concepto de igualdad por el que luché) son gente que niega de raíz las existentes diferencias genéticas, fisiológicas y biológicas que existen entre los individuos, como, por ejemplo, las diferencias naturales que existen entre hombres y mujeres y por lo tanto quieren imponer la “igualdad de resultados” entre ambos sexos destruyendo el sistema meritocrático. Pero el movimiento por la Igualdad Animal delira con una «igualdad» aún más aberrante. Y lo que sostiene es que es los humanos somos “animales humanos” y los animales son “animales no humanos” y que por lo tanto deben existir iguales derechos entre ambos grupos. O sea, un cerdo y un humano son iguales y deben tener los mismos derechos. Y ya que los animales son iguales a los humanos pues no se podrá comer ni su carne, ni sus productos, ni usar sus pieles ni cueros. Nada.

 

Igualdad Animal es otro movimiento sectario estrechamente ligado al Veganismo. Su principal postura es que los humanos y animales son seres iguales y merecen los mismos derechos -hasta consideran a los humanos como «animales» que deben vivir en igualdad con otros animales no humanos-. 

 

Como dice la propia propaganda de la Igualdad Animal: un ser humano es igual a un cerdo o a una gallina. Es lo que sostienen estos igualitarios de los Derechos de los Animales que han llegado a un verdadero extremo en lo que se conoce como Igualitarismo.

 

Los veganos empezaron con lo orgánico, lo natural, hasta llegar al tema de la alimentación (a las restricciones). A no alimentarse de cadáveres (animales muertos). Lo cual es una gran falacia, porque ellos mismos consumen seres vivos, ¿o acaso no lo son las plantas y sus frutos?

 

 

El plan que al parecer solo aparenta ser alimenticio lo que está logrando es que los hombres pierdan poder y sean desplazados de todos los lugares que hubieran ocupado de forma natural debido a las habilidades propias de su naturaleza masculina.

Los primates eran esencialmente carnívoros, ¿para que van a querer el fuego si se alimentaban solo de verduritas? Ya que si nuestros antepasados que eran los primates no hubieran sido carnívoros, pues jamás se hubieran evolucionado y hoy si seguiríamos siendo animales en serio.

Este es el «hombre» vegano, un ser que de hombre ya tiene poco, ya nada, y que cada vez se asemeja a lo que tanto quiere parecer: a un animal que se alimenta con vegetales, como son las vaquitas y que son de los seres mas primitivos y ocupan los últimos puestos dentro de la jerarquía animal que únicamente sirven de alimento para los animales carnívoros, que poseen un intelecto y voluntad de supervivencia infinitamente mayor que estos últimos.

 

El matriarcado que antes decía “el nene no me come”, ahora dice “el nene no me come vegetales”. Porque el nene que come vegetales no es el nene que se hace hombre sino es el que sigue bajo el yugo de la mamá, es decir de las mujeres. Y cuando se hace adulto después de sufrir el yugo de su propia madre pasa a sufrir el yugo de su novia o esposa. Se deja someter y dominar cuando esto no está en su naturaleza masculina, con lo cual gana el desprecio de las propias mujeres que por su naturaleza biológica detestan a los hombres dominados y sin voluntad lo que solo retroalimentara su trato de desprecio humillante hacia los hombres de estas características que cada día son más y los veganos aportan mucho a esta “causa” de la matriarcalizacion de nuestra civilización.

 

 

Los hombres veganos hace rato que dejaron de ser hombres, son algo parecido a estos, pero ya son carentes de su esencia, de su sangre, de su fortaleza. Ya no son hombres dignos de llamarse hombres.

 

 

El único final que puede esperar a un «hombre» que desde niño ha sido adoctrinado por su madre para no comer carne y ser vegano es este y ningún otro:

 

Las mujeres por su naturaleza valoran a los hombres fuertes y dominantes que saben lo que quieren, y que no se conformaran con menos, pero a su vez desprecian y detestan a hombres débiles, cobardes, sin carácter, ni voluntad, a los que son conformistas sumisos sin incitativa, ni liderazgo. Estos hombres generalmente terminan sometidos y maltratados por sus propias mujeres y este maltrato solo aumentará mientras pasa el tiempo. Y el veganismo lo único que logrará es que la cantidad de estos hombres sometidos se multiplique.

 

Esto a sus vez explica el porqué algunas feministas se han aliado con el movimiento vegano que busca prohibir el consumo de carne. Su objetivo es, a través de la dieta excepcionalmente vegetal, someter al hombre, creando un sistema matriarcal sin posibilidad de retorno ya que una vez puesto en marcha la barbarie matriarcal se trasladara del generación en generación y salvo una intervención externa esto será imposible de revertir.

 

Una activista vegana y feminista imponiendo las normas del vegetarianismo matriarcal:

http://www.youtube.com/watch?v=fcWKRv1jSRs

 

Para las feministas, el hombre no come carne, el hombre no paga por sexo, no coje a su antojo, el hombre vive bajo el zapato de una mujer.

 

Muchos quizás creerán que un matriarcado generalizado conformado por unos hombres débiles, carentes de voluntad y cualquier iniciativa y completamente sometidos por las mujeres es una joda y nos afectara mucho. Pero no es una joda y si esto sucede, la civilización que conocemos desaparecera y vendrá la barbarie acompañada por cualquier forma del totalitarismo estatal, ya que sin hombres libres y fuertes cualquier déspota podrá someter a la civilización entera a su antojo y nadie se opondrá. Ni siquiera protestará.

 

 

El matriarcado es la peor amenaza para la LIBRTAD de todos los individuos que conforman una civilización y a su vez el veganismo que lleva directo al matriarcado es una amenaza para la libertad de todos. Una amenaza que debe ser enfrentada.

 

 

 

 

 

Jean Paul Marat/Aldo Andonegui
Activista por la libertad del pueblo.

3 comments

  1. Yo creo que deberías mejor desamarrarte el ano.

  2. Patético tu post. No soy vegana, pero en serio ssaltate el psicólogo y anda derecho al psiquiatra.

  3. chico estás volao

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