Entrevista a “Reconstruyamos el Imperio Español” (“Entrevistas”, 10/02/2014)

– Las respuestas generarán debate.

imperio español

1.- Seguramente no es algo tan directo pero es un tema de actualidad. ¿Dónde quedarían las Autonomías? ¿Qué opinan de VOX?

Las Autonomías deben desaparecer. Su creación responde a una reacción a una época de centralismo extremo y son un intento fallido de “indemnizar” a ciertas regiones como Cataluña o las provincias vascas. Al final, el resultado ha sido la división de España en territorios artificiales, ignorando las regiones históricas en ocasiones de forma evidentemente arbitraria. Por si fuera poco, muchas de estas comunidades autónomas artificiales tienen tradiciones inventadas que no se corresponde al carácter y la historia de dicha región. La solución al problema es obvia: eliminar este sistema fallido y ahistórico y restablecer las divisiones históricas, los antiguos reinos, volviendo a vincular cada región con las que ha compartido historia durante cientos de años.

En cuanto a VOX, realmente no nos parecen la solución al problema. Son ex miembros del PP que han formado un partido más, pero, ¿qué más da que sean de derechas, de izquierdas, de arriba o de abajo si siguen proponiendo soluciones que obvian el hecho de que el propio sistema establecido es parte del problema? No es que el timón del barco ande mal, o las velas, es que toda la estructura del barco está mal hecha y hace aguas. Cambiar de timón o de timonel o variar el rumbo, no hará desaparecer los agujeros del casco.

2.- Siempre se ha dicho que los virreinatos trajeron esclavitud y opresión… ustedes dicen lo contrario. ¿Por qué?

Decimos lo contrario porque hemos investigado y hemos encontrado que la situación es totalmente opuesta a lo que la gente piensa. Estamos colaborando con gente de diversos lugares de Hispanoamérica, desentrañando la historia y descubriendo una sociedad verdaderamente avanzada que ha quedado oculta sobre muchas capas de mentira e ignorancia. Normalmente la gente piensa que los virreinatos eran “extensiones” de España. Algunos más estudiosos dirán que no de España, sino de Castilla. Muy pocos se dan cuenta de que los virreinatos eran reinos de pleno derecho, con sus propias Cortes, sus propias leyes y sus propios tribunales. El legítimo gobernante del Perú era el Inca del Perú, igual que el de Aragón era el Rey de Aragón. Que se diese el caso de que ambos cargos recaían sobre la misma persona no cambia el hecho de que se trataban entidades diferentes y que el Rey actuaba en Castilla como rey de Castilla, en Aragón como Rey de Aragón y en Chile como Rey de Chile. Por otro lado, basta leer la legislación de la época para ver que la Corona ya contemplaba derechos, tanto para criollos como indígenas, que otras naciones no empezarían a defender hasta tres siglos más tarde como mínimo. Los indígenas, en general, perdieron libertad, riqueza y estatus tras las independencias. Ellos sabían que la Corona garantizaba sus derechos y, por ello, en la mayoría de las guerras del s. XIX lucharon en defensa de su rey.

3.- ¿Hay que quedarse con Portugal o que se joda?

Portugal siempre ha sido y todavía es parte de España. Uno de nuestros peores pecados ha sido el de darle la espalda a los portugueses y obligarles a creer que no son España porque no son Castilla. Es muy importante recuperar ese vínculo que sigue ahí, aunque con frecuencia olvidado, para volver a tener una España completa en la cual, la España portuguesa esté debidamente reconocida. Hay que desmontar la perversa secuencia lógica: España = Castilla, luego, lo que no sea castellano, no es español. No sólo es una forma de pensar lamentable y pobre,  sino que es groseramente contraria a la historia y al carácter hispánico, que siempre ha sido integrador de pueblos. Los portugueses tienen tanto derecho a llamarse a sí mismos españoles como nosotros y es nuestro deber reparar esta ofensa hacia nuestros hermanos portugueses del antiguo Reino de Portugal, hoy república, pero igualmente española, hispánica.

4.- ¿Cuáles son sus mayores enemigos?

Nuestros peores enemigos somos nosotros mismos. Esto no es una guerra. No estamos aquí para vencer a nadie, ni a los ingleses, ni a los franceses ni a los estadounidenses ni a los chinos. Más bien hay que entender quiénes se benefician de que nos hayamos hundido y hayamos perdido nuestra hegemonía como potencia militar, cultural y económica. Y hay que entender que, aún siendo ellos los beneficiados, es culpa nuestra, no suya, que estemos así. Si realmente nos tomásemos en serio nuestro legado, ninguna maquinación extranjera ni ninguna sociedad secreta o pública detendría nuestra restauración que, como digo, no busca en ningún caso “vencer” ni ”humillar” ni “desquitarse”, sino recuperar el inmenso tesoro cultural de nuestra civilización hispánica, nuestros reinos de las Españas y las Indias y ser de nuevo un referente que nuestros antiguos enemigos y aliados puedan disfrutar.

 

 

5.- ¿Por qué defender la monarquía tradicional y católica es algo que debería entusiasmar a gente como los ateos y agnósticos? ¿No es vuestra defensa una grito de guerra?

Porque una cosa es defender la monarquía tradicional y todo lo que ello implica y otra muy distinta es obligar a la gente a ser católica o ir a Misa. En España todavía tenemos raíces cristianas, aunque los políticos traten de arrancarlas una y otra vez. Simplemente se propone restablecer un modelo político basado en los valores y el carácter de nuestra cultura. El intento de los políticos por sustituir la fe arraigada en nuestra cultura por el materialismo y el culto al Dios Dinero es lo que ha arruinado nuestra sociedad. Se trata de tener claro que nuestras raíces son cristianas católicas. Nuestra cultura es católica e incluso los agnósticos y los ateos piensan siguiendo los esquemas culturales nacidos de dos milenios de fe católica. Proteger y defender nuestro legado no implica atacar a nadie y se ha de tener claro que las Españas son católicas y, por lo tanto, debe respetarse dicha fe igual que respetamos la fe mayoritaria en otros países. Que seamos una sociedad católica y nuestros gobernantes se rijan por valores nacidos de la fe católica no significa en absoluto fusionar Iglesia y Estado. Por último, ¿cómo una religión cuyo mandato principal es amarse los unos a los otros puede ser un grito de guerra?

6.- ¿Vuelve la Inquisición?

Depende de lo que se entienda por Inquisición. Hoy día, con la democracia, existe todo un aparato censurador de ideas como nunca antes lo ha habido. La función de la Inquisición era simplemente la de garantizar que no hubiese falsos cristianos minando la sociedad y sólo juzgaba a bautizados católicos acusados de actuar activamente contra la fe de sus correligionarios. No actuaba sobre no católicos. A pesar de que hoy día se ha desmentido totalmente el ficticio pasado sangriento de la Inquisición y a pesar de que hoy día existe una inquisición política que actúa sistemáticamente contra lo que no conviene a ciertos sectores ideológicos, no es decisión nuestra si se restablece o no dicho tribunal, ya que nuestra propuesta consiste en restaurar políticamente el Imperio. El modo en el que la Iglesia defienda a sus fieles y a sí misma de infiltraciones y sabotajes internos es cosa de ella y de nadie más. El Estado ha de ocuparse de que los ciudadanos sientan sus derechos protegidos y de que la cultura y tradición de las Españas se conserve.

7.- ¿Cómo lograrán este deseo de reconstruir el imperio? ¿Habrá guerra o todo se mantendrá por facebook?

El Imperio volverá a existir cuando sus habitantes lo decidan así. Aunque se forzó a la gente en contra de su voluntad a separar la Hispanidad en multitud de pequeños países fácilmente controlables por oligarquías y partidos, no se busca añadir más sangre al proceso, esta vez para revertirlo, sino que se trata de un proceso de concienciación. A medida que la gente está estudiando las fuentes históricas y descubriendo su pasado, están surgiendo diversos movimientos a lo largo y ancho de los territorios que una vez fueron parte de aquella confederación que hoy denominamos Imperio Español. Los grupos de Facebook no son más que una expresión más de ese creciente deseo por restaurar la unión. Las nuevas tecnologías y las redes sociales han hecho que la gente descubra que hay más defensores de la reunificación de lo que pensaban y ahora estamos empezando a organizarnos, compartiendo información, refinando nuestros argumentos o dando a conocer lo que perdimos y lo que podemos volver a recuperar. Pero ha de entenderse que no se trata de una revolución. Las revoluciones siempre son violentas, derraman mucha sangre y acaban estableciendo sistemas tan malos o incluso peores que el que se pretendía sustituir. El nuestro es un movimiento y un proceso de concienciación, un lento pero continuo despertar de la población.

8.- ¿Qué movimiento ven con simpatía? ¿Hay alguno cercano a sus ideales?

Actualmente, el carlismo es el movimiento que defiende una restauración de la unidad de nuestra hispanidad en armonía con la tradición y la cultura de las Españas. Existen otros movimientos que aparentemente defienden la unión, pero que en realidad sólo persiguen un dominio militar sobre unos territorios que consideran suyos, lo cual es totalmente contrario a la realidad histórica.

En los últimos años hemos podido también contactar con algunos grupos de lugares tales como México, Chile o Perú, donde hay incipientes movimientos que están descubriendo su pasado como reinos integrantes de la Monarquía Hispánica, hoy denominada Imperio Español.

9.- ¿El Imperio será la propiedad privada de la familia real? ¿Estos trabajarían o por qué tendrían ese cargo? ¿Qué tiene que hacer la gente común para aspirar a rey? ¿Quien aporta más dinero?

El imperio Español nunca ha sido propiedad de ninguna familia real. El Imperio siempre ha pertenecido a sus habitantes. El Rey no es más que el garante y protector de sus derechos. Por eso, a la muerte del rey, su sucesor debía jurar los fueros de todos y cada uno de sus reinos para ser oficialmente reconocido como tal. Mientras duró el sistema tradicional, el hacía dicho juramento en el cual se declaraba traidor e indigno de la corona si traicionaba dicho juramento.

El trabajo del rey es gobernar. La razón de que defendamos que sea un rey y no un presidente quien gobierne es porque, sencillamente, el sistema de gobernantes electos fomenta enormemente el ascenso al poder de gente ambiciosa y charlatana y la constante influencia y lucha por el poder de los distintos partidos políticos. Es más práctico tener un gobernante cuya designación ya está decidida de antemano. No hay que gastar en campañas electorales ni hay que convencer a nadie. Simplemente se lo educa desde pequeño para gobernar, es decir, para proteger los derechos de los gobernados, se le paga por su trabajo y se le exige dedicación total a ello.

La gente común no necesita aspirar a llevar ninguna corona. Precisamente la ventaja de tener un rey es que yo no necesito ser rey y puedo ocupar mis esfuerzos en construir una familia, prosperar con los negocios o desarrollar mi vida como desee. El rey en ese sentido está atado desde que comienza su vida como miembro de la familia real. Su trabajo ya está fijado y establecido y su educación como príncipe heredero será encaminada a su futuro como rey. ¿Por qué iba un ciudadano común querer cambiar su libertad por el peso de la corona? Ser el rey tradicional no es ser un tirano que nada en oro y joyas. Eso está muy bien para las películas, pero no corresponde a la realidad de la monarquía tradicional.

10.- ¿El PP está en camino al comunismo?

El PP, al igual que el PSOE y que cualquier otro partido político sólo busca perpetuarse en el poder tanto tiempo como pueda. Si para ello han de volverse comunistas o fascistas, o negociar con terroristas, o decir que bajarán los impuestos y luego subirlos, o engañar a los votantes católicos presentándose con una moral y luego aprobando cosas que vayan en contra de dicha moral, lo harán. A los partidos políticos sólo les interesa el poder y el dinero.