Reboot
Cap21
La profecía, la totalidad y la naturaleza del tiempo
El quinto no tardó ni 5 minutos en arrastrarnos hacia nuestros compañeros. Cuando estuvimos todos reunidos, él apuñaló al sexto usando su poder para desfigurar su dimensión. El rastro que habíamos dejado hacia el mundo real empezó a desaparecer. El camino de retorno agonizaba, mientras el quinto enloquecía y asesinaba múltiples veces el cuerpo inmortal del sexto.
El octavo y yo intentamos distraerlo pero los ojos del quinto atravesaban las ilusiones y su velocidad era aún más monstruosa que la del demonio Vetala. El segundo le mostró su control sobre sus dominios pero el quinto manifestó que realmente era el dios de esta dimensión y el auténtico dueño de esta realidad. El segundo fue atravesado y solo Isabel, la tercera, pudo rescatarlo de la muerte. El lazo con el mundo real se rompió. Ahora estábamos atrapados y era el quinto quien decidiría dejarnos ir o secuestrarnos como sus acompañantes.
El quinto: «Bien. Zugasti y esa mujer. Son los únicos que me servirán en batalla. Los demás son prácticamente un estorbo»
El sexto -Zugasti- (regenerándose): «Siempre tan arrogante»
El quinto: «Tú, mujer, ya es hora de que me muestres lo que escondes. ¿Por qué no puedo hurgar en tu mente? ¿Dónde está el décimo miembro? Ningún conocimiento me debe ser ajeno»
Isabel, la tercera (sanando al segundo): «Veo que tus poderes son imperfectos. Todo lo relacionado a la existencia del décimo se encuentra sellado en la mente del séptimo. Y seré yo quien decida a quién mostrárselo. ¿Estás de nuestro lado o no?»
El quinto: «Qué mujer tan insolente. Pero sí… quiero ver cómo enfrentamos a ese dios. Pero deseo conocer algo más. Y los necesito. Pero lamento que nos sea imposible ganar. ¿Creen que tenemos oportunidad ante un individuo que conoce todo lo que pasará? Si él puede ver la totalidad, nuestros intentos son inútiles. Él ya debe haber visto su victoria hasta la saciedad»
Julián, el séptimo (yo): «Isabel, muéstrale esos recuerdos. Solo él puede darnos la clave de la victoria»
Isabel desbloqueó esos recuerdos de mi mente. Yo también pude verlos por primera vez. Era un mundo que se había recuperado de una guerra. Todo estaba plagado de detalles sobre la vida de muchas personalidades de la época. Algunos sucesos no quedaban claros del todo. Parecía ser un mundo ajeno a este. Un mundo al borde de un nuevo colapso.
El quinto: «Qué visión tan triste… Es esta la Europa que dejaremos como herencia… una Europa invadida por esa gente… la misma gente que se opuso a mis investigaciones, querido discípulo. Gente de una raza marcadamente inferior»
El sexto: «Eso no es posible, maestro. Esa gente se terminará destruyendo en unos años. No son cucarachas tan resistentes. Y es muy fácil susurrarles cosas y hacer que emprendan guerras. Son instrumentos ciegos de su propia destrucción»
El quinto: «No subestimes nunca a personas enceguecidas por un ideal»
El sexto: «Malditos moros. ¿De qué año es el mensaje?»
Isabel, la tercera: «2041»
El sexto: «Esta realidad perecerá mucho antes. Pronto veremos el genocidio de esa peste y podremos salvar la única realidad que merece redención… el mundo al que debemos volver, el mundo donde nos espera la gente que amamos»
Yo: «Eso lo decidiremos luego de vencer a ese dios»
El sexto: «Pensé que ya tenía su apoyo. Repito que luego de vencer a ese dios, iré por los que se opongan a mis planes. Hay que acelerar el proceso. Sus almas serán un buen sacrificio»
El quinto: «Ahora que sé lo del décimo… existe una oportunidad. Pero si ese dios que llaman erróneamente Enki puede ver la totalidad, estamos perdidos. Pero mi profecía es clara… con la presencia residual del décimo estamos completos…»
El sexto: «Pasado, presente y futuro volverán a reunirse. La historia de nuestros mundos será reescrita y esta realidad perecerá. El décimo día será el tercero. Y el último se convertirá en el primero»
Yo: «¿A qué te refieres con ver la totalidad?»
El quinto: «A la perspectiva de un dios… alguien que sí puede apreciar la verdadera naturaleza del tiempo»
Por Julián, el séptimo.