– Octubre del 2014
Por Esmeraldo.
La sombra del dios hacedor Enki ya había caído sobre nosotros. Yo no había participado en esa primera batalla. Masacraron a todos los que supongo mis aliados. Mientras los sugaar intentaban despertar a uno de sus ex miembros más poderosos, eran acechados por los hombres de confianza de Héctor. «El cocinero» y Cristina habían ido personalmente a cazarlos con un grupo de agentes que esperaban por la señal. Planeaban no dejar ninguna evidencia. Solo Artyom los podría hacer frente, mientras un prolongado ritual se llevaba a cabo.
Era mi oportunidad para acorralar a Héctor. A mi mando no tenía ningún poder sobrenatural, pero sí diez hombres bien entrenados. Sabíamos toda la rutina de Héctor y sus vínculos con la trata de mujeres. Ese día el plan era asesinar a sus aliados más preciado y destruir todos los prostíbulos de su red. Sería un escándalo nacional. Esperamos a que todo oscureciera un poco. Matarlos fue relativamente sencillo. Lo hicimos por separado. A Héctor lo interrumpimos mientras conducía. Lo interceptamos y acorralamos con dos carros. Bajamos y disparamos a matar. Lanzamos 3 granadas y eso pareció ser todo.
Debíamos irnos lo más rápido posible. Aunque no importaba ser arrestados. Su muerte valía todo sacrificio. Pero el humo se disipó de una manera violenta mostrando a Héctor intacto. Una energía oscura emanaba de él y parecía protegerlo. Yo decidí huir con 4 de mis agentes. Los otros 5 siguieron disparando. No supimos de ellos hasta el día siguiente. La prensa habló de todos los homicidios. Héctor no fue ni remotamente mencionado.