Reboot
cap30
¿Masacre efímera?
Por Julián Arana, el séptimo.
«En ese momento quedé ciego. Y fui despojado de mi fuerza y de todo tiempo. Pero también de mi soberbia y de toda ambición»
Releí los cuentos de Jack Agüero. Hallé en ellos una vez más el sentido fatalista de la realidad. Él fue a medias Jack, a medias alguien más. Él dejó de existir incluso antes de su muerte. Zugasti le susurró sobre una justicia retorcida y lo apartó de toda salvación.
27 de enero del 2015
«La fuerza no sobrevive sin el sigilo. Un brazo armado es inútil sin una diestra ducha en confabulaciones». Esa era la frase recurrente de quien alguna vez se mostró como un hermano ante mí. Esa frase la ha escuchado tanto en este como en aquel otro mundo. No he podido recordar más por ahora.
Los medios internacionales siguen el caso con una cobertura que lo reduce a algo fantástico. La investigación sobre este caso no llega a nada. No hay mayor pista que el cuerpo carbonizado de las víctimas. El Ejército ya ha decidido intervenir. Todo ha salido como lo planeó Zugasti. Ni siquiera los 6 hemos podido detenerlo. No podemos actuar de manera descuidada. Él lo sabe. Todo es visto como crímines ejecutados de manera magistral. Él es considerado un justiciero. Sus víctimas no parecían guardar relación hasta que se empezó atacar a políticos que no son del agrado de un sector de la población.
Su último asesinato lo hizo en una protesta cerca a Palacio de gobierno. No le importó los testigos ni las posibles cámaras. Se lo ha podido identificar en algunas imágenes. Su cuerpo está casi cubierto en su totalidad. Su rostro solo deja ver un ojo brillante. «El justiciero carmesí» ha sido el sobrenombre que le han dado. Un enfrentamiento directo con él implicaría revelarnos a nosotros mismos. Se nos perseguiría también por ser una amenaza. Solo los del partido fascista conocen algunas de nuestras habilidades y estamos realizando la cacería sin contar con la ayuda oficial. Creemos que pronto no nos quedará más que una batalla que cobrará la vida de miles de inocentes. Zugasti y el noveno mientras tanto juegan a ser héroes.
29 de enero del 2015
No hemos tenido más opción que preparar una Estado de emergencia en el país. Debemos dejar que Zugasti siga actuando. Pensar así me causa escalofríos. Pero no podemos arriesgar que vean nuestras verdaderas capacidades. Ni iniciar una batalla con tanta gente alrededor.
4 de febrero del 2015
Nuestros aliados, los fascistas, han querido actuar por su cuenta. Mis compañeros les han sugerido alzar una dictadura. Solo así la gente estará controlada y el hermetismo sobre nuestros planes estará a salvo. Yo no he aceptado que sea así. Nuestros aliados solo buscan poder. Y mis compañeros no han dejado de ser homicidas egoístas. Es una lástima, pero estoy solo. He estado ayudando a las investigaciones de «el justiciero carmesí». ¿En qué ayuda un antropólogo como yo? Mis ojos son mi mayor aporte. No existe persona que pueda no revelarme lo que sabe. Zugasti no trabaja solo. Una facción extremista de izquierda lo encumbre. Asumo que ellos conocen su verdadera identidad. Miguel Ricardo Helguera murió hace unos años. Era mediante él que actuaba Zugasti. No sé la identidad que haya tomado ahora. Más raro aún es que han empezado a suceder asesinatos similares en Medio Oriente y en España. El noveno debe haber ampliado sus poderes. He tenido que revelarle esto a los investigadores luego de una pequeña demostración de mis propias habilidades. He hurgado en cada una de sus mentes. De paso he descubierto que no existe ningún infiltrado entre nosotros. Zugasti realmente podría estar en cualquier parte gracias al poder del noveno. Nuestra única alternativa es descubrir a su siguiente víctima en Perú y tenderle algún tipo de trampa. Sé que puedo vencerlo a cambio de mi vida. Mejor dicho: no estoy seguro. Pero no encuentro otra solución más que esa. Es el camino que a todas luces no implica tomar medidas que en sí mismas son inmorales. Tengo algunos días para pensar todo bien. Me gustaría poder recordar algo del otro mundo, algo del otro Miguel Ricardo Helguera. Sé que hay una lista con «enemigos de la Nación». Es posible que esta me permita saber quién será su siguiente víctima.