por Paul Emiko
¡Un golpe de Estado democrático es igual a un golpe de Estado! Pero la Policía ni los militares van a sacar al nuevo Gobierno, las marchas no van a hacer nada y las rondas campesinas no están suficientemente armadas para sacar al nuevo Gobierno no reconocido por el pueblo. Solo queda una solución. ¡Liberar a Abimael Guzmán y que vuelva Sendero Luminoso! Eso o necesitamos un nuevo grupo político paramilitar. Con eso sí sacamos al gobierno. Y, claro, tenemos el riesgo de que el terrorismo vuelva, pero ¡entonces liberamos a Fujimori también! ¡Y a Montesinos! Y que lo hagan todo de nuevo, pero esta vez lo hacemos mejor. ¡Marchemos mejor a la carceleta y saquemos a Guzmán de una vez!
Y sí: el terrorismo, como la moda, es algo cíclico. ¡Porque también lo son la injusticia y los abusos! ¡Ha llegado la hora de cambiar nuestros destinos! ¿Acaso esperamos la intervención extranjera que va a condicionar nuestra inversión y nuestra identidad? Como cuando tuvieron que venir de Estados Unidos a cerrar Domino´s Pizza. ¿Es que no tenemos lo necesario para desterrar nosotros mismos lo que está podrido? Yo te digo: ¡Sí! ¡Sí tenemos los necesario! Pero nos enfrentamos a un muro infranqueable de burócratas y policías. ¡La vacancia no es un trámite! ¡La Policía no le pertenece al Gobierno! ¡Yo me declaro libre!
Apuntemos los nombres de los líderes de las Fuerzas Armadas. No olvidemos jamás que nos dieron la espalda. Han dejado de ser garantes de la democracia. ¿Qué equilibrio de poder existe si la fuerza militar le pertenece al bastardo Poder Ejecutivo? Busquemos a las cucarachas nosotros mismos. Tenemos lo necesario.