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Los manifestantes hirieron de muerte a la democracia (“La bestia negra”, 15/11/2020)

Texto por Max Aguirre

 

¿»Golpe de Estado»? ¿Quién azuza así a la población? ¿O son honestamente idiotas? Ya protestaron (con violencia y arriesgando injustificadamente la vida de inocentes). El saldo, por ahora, son dos muertos y muchos infectados. Una turba irracional desencadenó la reacción lógica de la Policía. Y muchos ya hablan de un cambio de Constitución, cuyas “mejoras” (posibles solo con más impuestos) nadie querrá asumir.

La “brillante idea” de protestar tiene su origen en denunciar un supuesto golpe de Estado, una ficción cuyos simpatizantes no pueden descreer. La salida de Vizcarra fue legal. Se fue alguien que creía que el Congreso era un poder que sobraba. Y sí: obvio que tenía apoyo. Lamentablemente. La misma gente que habla de un golpe de Estado es quienes aplaudieron la cuestionada disolución del Congreso. Para ellos todo vale con tal de que se cumplan sus deseos. No les importan las leyes, no creen en la Constitución ni en el equilibrio de poderes. Si Merino no se iba, quizás entraban a Palacio o a su casa y lo tomaban como prisionero. Porque para ellos todo vale y ese es el gran peligro.

Dicen que solo algunos estaban radicalizados, pero parece que basta unos pocos para azuzar al resto. Como aquel que golpeó a un congresista frente a cámaras. El cual, por supuesto, se convirtió en un héroe para muchos. Ante el riesgo de que todo se saliera de control, la Policía no tuvo mayor opción que intervenir protegiendo la propiedad pública y a ellos mismos. El trabajo de la Policía es mantener el orden, establecer perímetros. Pero eso a los manifestantes no les importa. Ellos se creen por encima de la ley. Estas personas representan lo peor de la juventud: impulsividad, rebeldía sin sentido e indiferencia por el daño de sus acciones.

La Constitución (y las leyes) parece ser el gran enemigo. Debemos tener referentes a los cuales consultar ante alguna disputa. Las decisiones importantes no las pueden tomar, mediante la fuerza, un grupo de manifestantes que no representan a todos los peruanos y quizás ni siquiera a la mayoría. No se trata de quién grita más. Basta de chantajes. Esta coacción llega a su punto más alto cuando se exige que sea Presidente alguien que votó en contra de la vacancia. Basta ya. Alguien del Partido Morado se alineó circunstancialmente con tus intereses, pero eso no significa que te represente en otros temas. No votaste por ellos, muy pocos lo hicieron.