(Debuta el Messi de la Poesía, Sejode Descortés).
«Barbur»
Cada noche voy al bar
al bar de hamburguesas
hoy me levanté con hambre
y mis labios aún no se engrasan
es como si un Coca Cola me cortara el cuello.
Estaba hambriento y la calle ruidosa,
que hacía prenderme en fuego con llamas en la obviedad del fuego de mis tripas.
y la pérdida de la llenura de mi corazón.
Entré a Barbur y la vi sentada, su frente con grasa, sus ojos excitados,
su pelo como una ruma de onion rings o de reclamo de más grasa.
En su mejilla derecha,
en su mejilla izquierda
en su boca
mayonesa,
puesta a como una mascarilla
que contaba los minutos hasta engullir más carne
Una boca que es capaz de comer hamburguesas, y de burlarse de las hamburguesas enemigas,
que permite rasgar panza, piernas y pechos,
de bordes brillantes que se relamen como una ola
sin miedo de que sea más grande de los labios sin grasa o con más grasa
Entró él. Su mirada no estaba en ella, sino en la hamburguesa
pero se sentía como fondo de bikini
en el que se abraza al krustaceo cascarudo para sobrevivir.
Se sentó a su costado y pude oler,
mientras llamaba al mozo para pedir otra hamburguesa
que en su mejilla también había una crema, pero era ketchup
lista para expandirse hacia sus propias papas fritas
Aún no sé por qué estaban esas cremas en sus rostros
y en todo mi cuerpo.
Yo soy la hamburguesa.
Ahora degústeme.
Número para pedidos: 957 690 922
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