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Una mirada política a la campaña: “chapa tu choro, déjalo paralítico” («Perú», 03/09/2015)

Una mirada política a la campaña: “chapa tu choro, déjalo paralítico”

chapa tu choro

Por César Reyna Huaranga.

 

La ciudadanía ha alzado su voz de protesta frente a la problemática de la inseguridad. La campaña “Chapa tu choro, déjalo paralítico” ha tenido buena acogida desde su inmersión en las redes sociales. Esta campaña representa – para el grueso de la población – una pequeña, rápida y eficaz solución para detener la ola delincuencial que azota a Lima desde hace años, y que según cifras del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) – realizado el último año – refrenda que el 30,6 % de la población peruana ha sido afectada por un ataque delincuencial. Evidentemente, la población está en zozobra frente a estos hechos. El temor, la angustia y la impotencia se mezclan en los confines de todos los hogares; y la solución más pronta es esquiva de la razón. El pueblo impone su justicia en la medida en que es afectada: violencia contra violencia.

 

La campaña “Chapa tu choro, déjalo paralítico” se vislumbra para la opinión pública como la única forma de hacer justicia, pues creen hacerlo correcto y sensato. Pero, ¿es posible tomar justicia con las propias manos? ¿Se puede solucionar la violencia delictiva por medio de más violencia? ¿La culpa la tiene únicamente el sistema policial?

 

Lo cierto es que la campaña “Chapa tu choro, déjalo paralítico” tiene un mal enfoque, porque deja entrever que la labor policial no está haciendo su trabajo correctamente: que no atrapan al asaltante, que no los llevan a las comisarias, etc. Sin embargo, el verdadero problema radica en el sistema judicial que impera en nuestro país. La incompetencia, la falta de criterio y el chantaje político son parte del día a día en el Poder Judicial. Hace poco una jueza Trujillana, Haydee Vergara, ordenó la liberación de 52 de los 56 implicados detenidos que se apoderaron de una vivienda, en el que robaron todo a su paso. ¿Por qué los liberó? Porque no eran requisitoriados. ¿Acaso cuántos más casos como estos la población debe soportar? Lo cierto es que el sistema judicial es pobrísimo y lento; si se pretende cambiar esta situación el enfoque de la campaña ya no sería atrapar al choro, sino – como dijo un periodista de televisión – atrapar al juez, o, en todo caso, atrapar a todo el sistema judicial y refórmarlo.

 

El cambio más eficaz de esta campaña sería evitar la violencia a como dé lugar, porque estos actos solo conllevan a generar más violencia; y pues de esta forma tendríamos una sociedad que se extralimita y que no es humanizada, sino animalizada. La venganza no es la solución para estos delincuentes. La verdadera solución radica en cambiar el sistema judicial, reformarlo para el bien de la población.