La increíble y triste historia del cándido Mariátegui y su abuelito desalmado (“Prejuicios en la prensa”, 1)

Por Edwin Montesinos

Hubo un artículo. Recuerdo que el hombre que lo escribió, le decían “El ogro” (por su carácter fuerte, leo), murió en el 2012 y algunos lo echaron de menos, mientras otros no. El artículo salió en Correo: Andrés Bedoya Ugarteche escribió “¡Pobrecitos chunchos! y otras torpezas” en su columna “La ortiga” el 13 de junio del 2009, para el diario Correo, mientras este estaba todavía dirigido por Aldo Mariátegui.

El artículo, si para entonces parecía increíble, para ahora sería de otro mundo: casi literalmente, Bedoya Ugarteche no puede parar dos líneas sin decir algo racista. Y si no está diciendo eso, dice que no es racista, cita libros y pone ejemplos de cómo los racistas son los nativos. Un solo párrafo de ejemplo:

Para comenzar, no se atrevan a llamarme racista. Para racistas, los chunchos. Escuché las declaraciones de uno de ellos, masticando apenas el castellano, diciendo que habían muerto “cinco soldados, cuatro nativos y un mestizo” ¡Es decir! Ni los criadores de perros se atreverían a tanto. Recordemos también que el organismo ese, el Aidesep o como se llame, se considera “interétnico”, o sea, interracial. Otro de estos paleolíticos mencionó la muerte de “tres nativos, cuatro soldados y un civil”. ¿No es delicioso? Tal como lo sospechaba, ahora resulta que los chunchos (¡perdón! nativos) no son “civiles”. (Bedoya Ugarteche: 2009)

Era una barbaridad. Una que le otorgó el Premio al artículo más racista del año, de la organización británica Survival. Ugarteche, fiel a su “estilo” lo agradeció y afirmó esperarlo “con medalla, diploma y en una ceremonia especial”. Nunca se rectificó por lo que dijo. Ni de lo de (algunos dicen que insinúa, cuando en realidad lo dice literalmente) echarle napalm contra los indígenas (pedido que le hacía a Alan García) se rectificó.

Era una columna de opinión; sí, puede no representar a todo el periódico, pero el 23 de abril de ese año, Correo presentó una portada que en su momento (y, felizmente, hasta ahora) es duramente criticada: en la foto de la portada se podía ver a la congresista Hilaria supa escribiendo en un bloc de notas, donde se notaba que su ortografía no estaba en sintonía con los parámetros y reglas que la Real Academia de la lengua Española sostiene (y que muchos siguen con fervor, lo cual está bien para los medios escritos y papers, pero no para no reconocer otros usos el lenguaje y la escritura). Junto a la foto, como si no fuera suficiente lo que connota, se leía el gorro, a modo de comentario, “Urge Coquito para congresista Supa”. Abajo el titular leía “¡Qué nivel!”.

Durante el conflicto de Bagua, gobernaba por segunda vez Alan García, Correo no solo promovía el racismo dentro del país con artículos de opinión como el de Bedoya Ugarteche, o portadas aprobadas por Aldo Mariátegui, sino que se dedicaba a fabricar la imagen de los nativos de Bagua y los legisladores humalistas como salvajes. Y digo se dedicaba porque eso parecía: no parecían deslices, y tal vez algunos dirían

Cuando no apelaban a eso, estaban acusando, en portada también, a ONGs de “caviares” por denunciar al Estado peruano por genocidio, alarmaban a sus lectores diciendo que los nativos habían recibido armas (además, usaban la palabra “crédulos” para calificarlos, pues fueron engañados por legisladores humalistas) y también insinuaban que había un complot por detrás: encima de la noticia anunciada en portada, encima de donde decía “Habrían participado extranjeros en Bagua” se leía “¿Venezolanos y bolivianos?”; más abajo se lee una llamada que dice “[Alan] García reitera complot internacional” y arriba dice “pero no da nombres.”

El contenido no mejora dentro del diario. Además de noticias que muestran a los nativos como salvajes y violentos (lo que está implícito en noticias con títulos como “Nativo revela que aguaruna les dio armas”, “Nativos intentan tomar aeropuerto”, “Extranjeros estarían detrás de protestas”), se puede leer que en el contenido de las noticias, hay escasez de fuentes. En “Nativo revela que aguaruna les dio armas” se lee lo siguiente:

Por su parte, el jefe de la Diroes, Luis Muguruza, informó de la detención del presidente de la ronda campesina de El Milagro (Bagua Chica), quien además de armamento tenía en su poder S/. 7,500. “Yo me pregunto, ¿un indígena que supuestamente está clamando por salir de la pobreza puede tener en el bolsillo tal cantidad de dinero? Que ellos respondan”, acotó el oficial PNP. (Correo: 2009)

No solo dentro del texto no se ha buscado otra fuente para completar los diferentes bandos, sino que usando la cita de un oficial de la PNP, se sugiere varias cosas de los ciudadanos de Bagua que protestaban: que son narcotraficantes, que sí hay apoyo de otro país para las revueltas, que son ladrones, entre otras posibilidades que se podría pensar.

La misma edición de Correo incluía también una columna de Cecilia Blume, de título “Parchando Bagua”. Entre los párrafos finales está el siguiente:

Se dice que detrás de esto hay un afán de desestabilizar al gobierno que viene de países vecinos y que Pizango y los partidos radicales son instrumento de éstos. Se dice que la tala ilegal y el narcoterrorismo tienen intereses económicos en la zona. Se dice que a los pobladores de la Selva se les ha dicho que se les quitarán sus tierras. Se dice de todo y probablemente hay de todo un poco. (Blume, 3: 2009)

Ya no es solamente la construcción del otro, del nativo como salvaje y violento; ahora, aprovechando que son columnas de opinión, se lanzan supuestos. Como para apoyar la visión de que los nativos están siendo manipulados por exteriores porque son manipulables, porque son inferiores.

Para hacer una mención adicional: en Correo del 7 de junio del 2009, en la sección Cotorreo se podía ver una caricatura (que, a decir verdad, tenía un humor simplón) en la que dos hombre hablaban sobre el apoyo de Chávez a las protestas de Bagua y contaban directamente que no se debía apoyar a estos protestantes. Al costado de ellos, se veía a un Chávez que tenía a un Evo Morales de muñeco de ventriloquismo sentado en su regazo, este a su vez agarraba dos marionetas que eran Ollanta Humala y un nativo.

Tendenciosa es la única manera de referirse al modo en que Correo construía las noticias sobre el caso Bagua. Es como si no quisiera evitar lo que pueda sonar ofensivo, sino que pareciera que lo hacen a propósito, por una creencia en que su modo “civilizado” de ver la situación en el Perú es el correcto. Ciertamente, hay una omisión de información y se expanden intencionalmente los estereotipos sobre los nativos que protestaban: en resumen, que eran unos salvajes, que eran manipulables y violentos. Se puede pensar que lo hacían para validar sus tristes posiciones ideológicas.

Lo importante es que la construcción de noticias (a saber, la construcción de la realidad pública, según Rodrigo Alsina) no quede en manos de, no digamos incapaces (o incapaces de reconocer al otro como uno diferente pero con igual peso que uno mismo), sino desalmados. Son personajes que creen que, a sabiendas o no de que están construyendo los prejuicios del mañana, están validando la posición en que la historia debería seguir, de forma equivocada, obviamente.

 


Bibliografía:

BEDOYA UGARTECHE, Andrés (2009) ¡Pobrecitos chunchos! y otras torpezas. En: Diario Correo, 13 de junio.

(Fecha de consulta: 28 de noviembre del 2016: http://diariocorreo.pe/opinion/pobrecitos-chunchos-y-otras-torpezas-394622/)

BLUME, Cecilia (2009) Parchando Bagua. En: Diario Correo. 8 de junio. Página 4.

CORREO (2009) Nativo revela que aguaruna les dio armas.  En: Diario Correo. 8 de junio. Página 6.