Por qué odio a los pelados (“Columnas semanales contra los pelados”)

Por Santiago Ayala

 

¿Por qué toda la gente terrible es pelada?

¿Será porque uno es tan malo que se le cae el pelo? ¿Será porque solo un psicópata puede raparse el cabello totalmente? ¿Por qué en todos lados encuentro pelados deleznables?

Evidencia pelada número uno: Jeff Bezos, el cabeza de rodilla explotador. Uno de los hombres más ricos del mundo es un pelado. Un tipo que sigue incrementando su net worth y no hace más que acaparar dinero ganado gracias a las medidas explotadoras y estrujadoras de sus empleados en Amazon.

Evidencia pelada número dos: Daniel Ek, el Coco-liso cofundador de Spotify, que no contento con tener una plataforma que no da ganancias para los músicos que aportan su música, se le da por decir que los artistas necesitan producir música más a menudo.

Y con la música viene la evidencia pelada número tres: el Voldemort de la música, Pitbull. ¿No es necesario decirlo, no? Vaya música para más pedorra, incluso en el género. Y para arte pedorro, la evidencia pelada número cuatro sería el cabeza de cohete Dwayne Johnson (La roca).

 

En Perú tenemos los nuestros también

Evidencia pelada número cinco: el cabeza de huevo de Ricardo Morán, que se dedica a participar de un programa mediocre como es Yo Soy y que compró a sus hijos de una madre subrogada. Más aun que con los perros, mejor adoptar.

Evidencia pelada número seis: el cabeza de aceituna de Gianmarco: nuestro artista bandera, pero que es un compositor soporífero, y que ya no anda por redes porque para opinando desde la ignorancia (al menos, ese camino debería tomar PSV).

Evidencia pelada número siete, fulminante, con esta termino: el cabeza de nepe de Beto Ortiz, uno de los periodistas que ha logrado, por sus contactos, y la adulación sin crítica de sus amigos periodistas y otros arribistas, lavarse de cuerpo entero, desde la pelada a los pies, al punto de que olvidemos las denuncias por las que su nombre sonó y su participación en El valor de la verdad, que cobró una vida en su primera edición.

En cierto punto dejo de preguntarme qué otro pelado odiado hay, y me empiezo mejor a preguntar, ¿hay algún pelado bueno? Se me ocurre uno. Larry David, el creador de Seinfeld y Curb Your Enthusiasm.

 

Pero este no es mundo donde los pelados buenos abunden. Pelados malos los hay hasta en las caricaturas: Gargamel en los pitufos; en Dragon Ball, Nappa y Freezer (villanos), Krillin (un inútil) y el maestro Roshi (un pervertido) el Sr. Burns (de Los Simpson), Lex Luthor (de Batman)…

Pero puede que los odie, porque en el fondo, les temo. Temo convertirme en uno. Tal vez ya ando dándome cuenta de que el pelo no me crece ran rápido, que mi frente se alarga, y que empiezo a atorar el desagüe de la ducha con cada vez más cabellos. Tal vez aquella pérdida provoque desquitar con los demás, no lo sé. Y espero no saberlo.