La profecía del quinto (“Relatos de El juego de las almas”, 8, 01/08/2014)

El juego de las almas

Relato 8 (la saga de Enki)

 

 

La profecía del quinto

valle neblina color

 

30 minutos a pie a través de una neblina que nos dejaba ver lo necesario. Era una atmósfera extrañamente turbia dentro de una dimensión demasiado bella como para ser verosímil. El clima también era más frío pero algo en él se nos hacía familiar. Nos acercamos con cautela y descubrimos a un niño de espaldas perdido en unos apuntes en la pared. Era un lugar grande, oscuro y vacío. Cuando el segundo le recordó el tiempo de su encierro, él volteó pero no tenía cómo mirarnos. Se empezó a volver anciano mientras la realidad era desfigurada. Logró apresarnos y ahora el mundo ya no existía. Solo éramos los 4 en medio de la nada.

 

Ya no era razonable. Empezó a triturar nuestros cuerpos mientras parecía disfrutarlo. “¡¿Quién de ustedes es Zugasti?!”. Insistíamos en que ninguno lo era y que queríamos rescatarlo. Sus ojos aparecieron en el lugar en el que debían estar pero el izquierdo seguía pareciendo ausente. Bastó una mirada para que mi mente fuera transportada a un lugar extraño. Pude sentir su soledad, su odio. También puede ver a un hombre extraño. Mi alma lo reconoció. Era Zugasti. Era aquel a quien yo conocí como Ricardo hace apenas unos años.

 

El quinto: “Les creo. Pero quiero que me lleven hacia él. Puedo verlo desde acá. Debe ser uno de esos 5 de allá. Supongo que sigue teniendo control sobre ustedes”

 

humano visión térmica

 

Volví. Ya no estábamos aprisionados por la realidad de ese mundo. Nuestras piernas estaban libres. ¿Qué podía saber este viejo sobre lo que nos había mostrado Zugasti -el sexto-?

 

Julian (yo): “Ese ojo tuyo… ¿qué hiciste?”

 

El quinto: “Hurgué un poco en tu mente. Veo que te obsesionas por muchas vidas ajenas. Realmente estás evaluando qué vida vale más que otra. Eso es muy triste… pero seguro muy entretenido. Hubo un año que hice eso. He tenido mucho tiempo para pensar en este lugar”

 

El octavo: “Debes ayudarnos. Necesitamos que te nos unas. Tú eres el quinto sugaar. Debemos estar los 9 para vencer al dios Enki”

 

El quinto: “¡No me vuelvas a llamar así! Aquella vez fue resucitado para ser utilizado en una matanza estúpida. Debes ser uno de esos imbéciles. ¿Sugaar? ¿De verdad crees que esa tonta guerra civil es tan importante en nuestras vidas? Cuando decidimos traicionarlo… ¡ustedes me dieron la espalda! ¡Y aquí estoy! Pero supongo que es mi culpa… todo es mi culpa”

 

El octavo: “¿Tu culpa?”

 

El quinto: “Todo empezó cientos de años antes. Yo liberé a ese demonio que conocen como Vetala. Él envenenó la mente de Zugasti. Fue mi ambición por el conocimiento lo que desencadenó todo esto. Yo soy el culpable”

 

Julian (yo): “Por eso debes ayudarnos. Debemos rehacer la historia pero sin sacrificar a nadie de este mundo. Debe haber alguna manera de salvar ambos mundos”

 

El quinto: “Aunque este ojo sea prácticamente ciego ante las formas, no lo es ante las emociones. Las palabras pueden embaucar pero el cuerpo jamás puede mentir. Es fascinante ver cómo la pasión y el miedo arden de maneras muy semejantes. Lamento decirte que siempre un sacrificio debe ser hecho. Pero… no tiene que ser un sacrificio humano”

 

humano calor

 

El segundo: “Entonces no perdamos más tiempo. ¡Tenemos menos de 5 horas! Yo no te temo. No eres el único que puede manipular la realidad de este lugar. Te llevaré a la fuerza si no te mueves”

 

El quinto: “Te aterra saber que puedo hacer que todos se queden encerrados conmigo si así lo decido. ¿Para que dejaría este lugar? Yo soy el dios de esta dimensión”

 

Julian, séptimo: “Si se puede salvar ambos mundos, debes ayudarnos. Por favor. Nosotros no somos nadie para decidir entre las personas que amamos de ambos mundos. Ninguna realidad debe perecer”

 

El quinto: “Está bien. Es hora de que me reencuentre con mi antiguo discípulo, Zugasti. La respuesta a tus inquietudes se encuentran en la profecía que solo Zugasti escuchó… ahí está la clave de nuestra victoria… ”

 

Bombardeo-Gaza

 

El fuego consumirá el alma de los impuros, los pasos de los que nos guían siguen con nosotros. Las doce campanadas marcarán la nueva era.

Se levantarán los muertos reclamando a sus verdugos. Porque solo la sangre de los impuros nos devolverá el tiempo
.

Volverán de la muerte los que creyeron haber entregado su última batalla. Recordarán el último sollozo que no pudo salir de sus gargantas.

Y todos volverán y los sacrificados seremos nosotros. Volverá el tiempo y apareceremos en una era que no es el nuestra para cumplir la última misión.

Combatiremos en la guerra de la que el destino realmente no nos apartó. Evitaremos la caída de nuestros guías a cambio de nuestra propia existencia.

Una lluvia de fuego anunciará nuestra victoria. Renaceremos en la nueva era con nuestros hermanos y no lucharemos jamás.

Pasado, presente y futuro volverán a reunirse. La historia de nuestros mundos será reescrita y esta realidad perecerá. El décimo día será el tercero. Y el último se convertirá en el primero“.

 

 

 

 

por Julian, el séptimo.

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Capítulo anterior:

Al rescate del sabio: un viaje sin garantías -3era parte- (“Relatos de El juego de las almas”, 7, 27/07/2014)

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Ver:

El plan original de GERO

Las vidas de Zugasti, el sexto

Zugasti le escribe la profecía a Artyom/Andonegui

El sexto aparecerá en “Verterla toda” bajo la identidad de Ricardo