Ander Bertol: Bienvenido. ¿Cuánto de lo que dice Aldo comparte?
Esteban (no es Aldo Andonegui, en serio): Todo.
Ander Bertol: ¿Los varonistas son muchos?
Esteban: Las estadísticas señalan que somos pocos pero la verdad es que somos muchos. Yo mismo lo investigué. Somos 10 mil varonistas en toda la Argentina. Somos 10 mil hombres libres que lucharán contra el matriarcado.
Ander Bertol: ¿No hay cifras oficiales entonces?
Esteban: No existe manera de contar a los hombres libres.
Ander Bertol: En realidad sí hay…
Quiero empezar preguntándole sobre el mito, otro, de las violaciones. Usted. Bueno, no usted sino Aldo… dijo que hay 40 mil violaciones pero que son por culpa del Estado matriarcal. ¿Puede explicar eso un poco?
Esteban: Bien, las femimarxistas dicen que vivimos en un Estado patriarcal porque, por ejemplo, dicen ellas, las cifras de violaciones ascienden a 40 mil casos. Esto es mentira, es un engaño. Lo que realmente pasa es que la justicia matriarcal es débil y cómplice de esta alarma social. Las cifras de las violaciones son un engaño para alarmar a la sociedad con el fin de crear penas más severas para los varones. Y, a su vez, crear más derechos y privilegios para las femimarxistas que dominan el Estado. Los 40 mil casos de violaciones no se deben a que haya una violencia generalizada por parte de los varones. Es lo que nos quieren hacer creer. Lo que sucede es que hay un complot estatal para que nos creamos este cuento. La justicia argentina encierra a los violadores y los deja salir con mucha facilidad. Entonces los violadores reinciden muchísimas veces. No es cierto que haya miles de violadores. Los 40 mil casos de violación son causados solo por 40 hombres. Pero son hombres machistas (enemigos de los varonistas) que influenciados por el pensamiento matriarcal creen que la mujer es inferior y merece ser violada. Cuando eso es falso porque la mujer es tan fuerte como el varón…
Bertol: Espera, ¿dices que cada violador viola a 1000 personas?
Esteban: Eso es lo que digo. Ya muy pronto sacaré un texto al respecto.
Bertol: Una idea muy criticada es la de que las mujeres contaban desde el año 1900 con más privilegios que los varones. Es un idea que ningún historiador serio estaría tentado a defender. ¿Cómo puede tener la mujer más privilegios si no formaba parte de la vida pública? Y ni hablemos de la Antigua Grecia porque las mujeres en ese contexto eran hasta encerradas.
Esteban: Las mujeres en la Antigua Grecia eran encerradas por un tema geopolítico. La idea de que eran encerradas es cuestionable. Se puede decir que se encerraban para no ser violadas por los espartanos. Los hombres las protegían de esas agresiones (en especial la aristocracia ateniense). Los atenienses querían mantener una pureza cultural y para esto las mujeres se encerraban (seguramente de manera voluntaria). A comienzos del siglo XX, la mujer contaba ya con más presencia política todavía. Y gozaba con más privilegios como no trabajar y obligar a las varones sometidos a votar por ellas.
Bertol: ¿O sea que las mujeres no votaban porque no querían?
Esteban: Exacto. Las votaciones son algo que no van a cambiar el sistema matriarcal en el que estamos inmersos y esto lo sabían y saben las femimarxistas. Las votaciones y la democracia solo nos dan ilusiones de libertad. La realidad es que seguimos presos en el matriarcado y seguiremos así hasta que no luchemos por nuestra libertad.
Bertol: ¿En serio crees que hay un complot femimarxista que ha creado el mito de la trata de mujeres?
Esteban: No solo eso. Estas femimarxistas son controladas por un grupo más poderoso que une a la derecha y a la izquierda (en realidad son aliados). Es una élite global colectivista y «colectivizante» que quiere someter al hombre mediante esta estratagema. Y esta estrategia ya tiene un siglo desde que empezó a usarse.
Bertol: Resumiendo… ¿cómo clasificas a las femimarxistas? Si hay un subgrupo marxista… ¿cuál es el más cercano a su tendencia?
Esteban: El feminismo libertario. Las feministas libertarias respetan la prostitución. Las femimarxistas dicen respetar y defender la prostitución pero al mismo tiempo (a) se contradicen al estar en contra de la trata (lo que las lleva sin darse cuenta a oponerse a una prostitución desregularizada -lo peor es que no lo saben-) y (b) dicen que si bien las trabajadoras sexuales son respetables pues tienen que prostituirse porque el sistema actual (el capitalismo intervenido -capitalismo de Estado-) no les da igualdad de oportunidades. Tienen miopía mental y no quieren ver cuáles son los verdaderos problemas. Luego hay otros grupos que ni tienen buenas intenciones, son directamente dañinas… las feminazis.
Bertol: ¡Madre mía! Al fin has dicho algo que tiene más o menos sentido. Ahora háblame de la Burbuja Sexual que es una idea rescatable. Considero que son valientes al formularla.
Esteban: Es muy sencillo. Las mujeres de 25 años se hacen las difíciles porque, en general, son muy exigentes y monógamas. Mientras que muchos hombres tienen impulsos sexuales desenfrenados (no todos obviamente). Entonces se genera una competencia entre estos hombres que vienen a ser la Demanda. Ellos demandan sexo y están dispuestos a ser hipócritas, someterse y gastar mucho dinero en regalos para la hembra. Esto, en términos económicos, hace que la mujer se haga más cara. Y hay que recordar que la Oferta es reducida porque (a) la marginalización de las prostitutas hacen que muchos no acudan a ellas, (b) porque hay más mujeres que hombres y (c) las mujeres no prostitutas tienden a tener pocos acompañantes sexuales. También es bueno recordar que el sexo es una necesidad fisiológica.
Entonces hay un monopolio que Aldo ha denominado el «mercado de la seducción» que es realmente una gama de productos/mujeres que tienen un costo muy alto (demasiado alto) en el que el hombre promedio/el consumidor NO se ve satisfecho como le gustaría. Y porque los pactos sexuales en este mercado implican obligaciones socioculturales (conocer y hacerte amigo del padre de tu novia implica una pérdida de tiempo). Y es que ningún monopolio es bueno.
Entonces se propone prestarle atención al «mercado de sexo pago» donde uno paga por el producto/mujer que quiere sin ninguna implicancia social (coste sociocultural) excepto la actual implicancia de ser marginalizado como la prostituta y ser acusado de contribuir con la trata de mujeres. Esto es lo que hace que actualmente «el mercado de sexo pago» no resulte tan atractivo. Pero quitado estos impuestos/estas ideas femimarxistas, el «mercado sexo pago» será redescubierto como atractivo y más eficiente que el «mercado de seducción». Será reconocido así por hombres que verán una Oferta más justa y por mujeres que se unirán voluntariamente a una Demanda creciente en la que obtendrán honorarios de manera digna.
Entonces, ya viendo los dos «mercados», la-mujer-que-se-consigue-con-seducción bajará sus pretensiones al ver que la Demanda de pretendientes se ha reducido gracias al «mercado de sexo pago» al que han migrado los jóvenes que antes le regalaban cosas, le prestaban el auto y competían de manera incivilizada por ella. Esto, por supuesto, repercutirá tanto de manera económica como sociocultural así como de las maneras sociológicas y sicológicas. Esto igualará el precio de la mujer con el precio del hombre dándole más oportunidades a los hombres promedio como Aldo o como vos.
Y esta es mi teoría austriaca de la prostitución. ¿Está claro, no?
Bertol: Sí, muy claro. Está muy claro. ¿Qué textos publicará Aldo en breve?
Asteban: Aldo publicará «El Islam: una religión feminista» y yo publicaré «Mussolini fue una mujer».
Bertol: Muchas gracias por la entrevista. ¿Cuándo entrevistaré a Aldo?
Esteban: Cuando (él) tenga tiempo. Hasta pronto.
One comment
Como libertario, este tipo averguenza