Por César Oncoy Bustamante
Dedicado a los activistas antisionistas honestos que no han caído en el chantaje de la propaganda oportunista de los fascistas ni en el facilismo de los antisemitas de siempre que se disfrazan de antisionistas.
Me defino como un antisionista desde hace algunos años, a pesar de ser yo un simpatizante del judaísmo, la cultura judia y en general los aportes judíos a la cultura, el arte y la academicidad; ya que, mis motivos para ser antisionista parten de razones libertarias y humanitarias (que es lo que yo he aprendido de los judíos mas honestos a nivel intelectual) . Sin embargo, a pesar de que al analizar al sionismo en sus bases doctrinales, las declaraciones de sus lideres históricos, y las acciones políticas con las que legitimaron al Estado de Israel (tanto históricas como contemporáneas) se vislumbran ciertos puntos de contacto entre el sionismo y los defectos de las ideologías nacionalistas del pasado. Creo que hay deshonestidad intelectual y sobre-dimensión en el tema de condena unilateral hacia el sionismo por parte del mainstream antisionista. Sobre todo en el deseo de eliminar – el constructo político sionista y en general la identidad politica de autodeterminación- para con las identidades judías. (muchas veces difundido incluso por el espectro mas radical de judios antisionistas)
No veo como completamente honestas ni la dicotomia de judaismo vs sionismo ni las lecturas de la critica social posmoderna. Lecturas que diluyen — bajo la dictadura «radical»-«revolucionaria»-«igualitarista» – «antiidentitaria» de la semántica academicista—, el concepto mismo del -ser judío-. Asimismo, de parte de estos criticos, se concibe el sentido de pertenencia de los judios a la tierra de Israel como siempre relativo y nunca absoluto. Y lo extraño, es que partiendo de la concepcion del derecho histórico de los pueblos originarios a la tierra en que se asientan, todos tienen «derecho» menos los judios, porque parece que los criterios de identidad judia son «atipicos» porque muchas veces parten de discursos religiosos (yo diria que transreligiosos).
De manera que siempre se maneja todo este discurso antisionista desde la arista de victimario-ocupante. Y el concepto de «justicia histórica hacia los pobladores nativos», siempre está en la perspectiva del judío como «no nativo» sino como agresor colonialista-eurocentrista (lo cual es racista con los judios eurodescendientes de Israel). Lo criticable de ese tipo de discursos es que hace que se corra el riesgo de un negacionismo selectivo, en que los agredidos SI Y SIEMPRE tienen una correspondencia con la historia, la cultura y la tierra, y los «agresores» absolutamente NO. Además que deshonestamente se traslada el concepto de agresores de su verdadera esencia: el aspecto político-estatista (burócratas politicos, lobbistas, corporaciones coludidas con el Estado y el regimen de ocupacion, y gente del complejo industrial-militar) hacia la gente israelí de a pie que -EN SU GRAN MAYORÍA- existe posteriormente a la ocupación sionista y solo vive su vida como cualquier persona en alguna parte del mundo.
Considero igual de peligroso — que las acciones equivocadas del actual régimen sionista –, la negación política de un tipo de sionismo o pos-sionismo libertario (utilizo la palabra libertaria no en terminos necesariamente partidistas ni ideologizados). Lo cual podría dejar en el aire al judío contemporáneo en su autoidentificacion política.
Por lo tanto, una lectura intransigente y radicalmente «anti eurocentrista», «anticolonialista» o «anti ocupación» podría quitarnos perspectiva sobre el tema Isrel/Palestina. Hay mucho de cierto en que la quinta esencia de la judeofobia (o antisemitismo) moderna es la negación política del judío, (identidad política que actualmente—en su mayoría— se dibuja en el constructo sionista). Lo preocupante es que muchas de las manifestaciones modernas de antisionismo son una extensión de la judeofobia de siempre, y eso HAY QUE ENMENDAR (por ello considero positivo que haya judíos y judeofilicos en las filas del movimiento antisionista internacional).
Con toda esta disertación, no estoy legitimando al sionismo (sigo siendo firmemente un critico de como se ha configurado y configura el sionismo actual y del pasado). Pero considero que el sionismo es un constructo que puede ser redimido o superado sin negar la esencia política del judío (cuya condena considero que es parte de la judeofobia moderna) y eso es lo que me preocupa enormemente.
Por último, varios de los discursos actuales parecieran decir «dejémos en el gueto a los judíos y no permitamos que tengan un rol político mas allá del clásico rol del judío en la critica social y en las vanguardias revolucionarias». Pero el revés de este tipo de judeofobia es dejarles tener a los judíos una esencia política (no solo contestataria, internacionalista y fragmentada), sino una «positiva», de construcción identitaria y de unificación (en definitiva un sentido heroico de vivir que todos merecemos, incluso los judios)