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Avengers 2: demasiado humanista («Críticas trascendentales», 1)

– Tony Stark encarna al ateo que busca ser Dios.

ultrón

Por Abel, nuevo redactor.

 

¿Recuerdan a Frankenstein y su obsesión por la inmortalidad? ¡Qué tema! Ya, eso no lo verán en esta película. El detonante de la creación de Ultrón es que este haga el trabajo por ellos (aunque también que los ayude contra otra inminente invasión alienígena). El monstruo de Tony Stark parece una versión cómica hasta el hartazgo del triste y melancólico monstruo. No conecta con el público ni tiene gran profundidad si no fuera por algunas frases. Ultrón, el monstruo que rompió los hilos, busca la paz mediante la destrucción de la humanidad. Planea que los únicos seres vivos que queden en pie sean robots. O, como parece, androides como Vision que encarna a la «humanidad» «evolucionada» (no me decidí dónde poner las comillas). Estamos ante el transhumanismo.

 

¿Qué pinta el transhumanismo en el asunto? Ese movimiento profesa que se puede y debe mejorar al hombre sin trasgredir su humanidad. ¿Dónde está el límite? ¿Es que la idea es volvernos dioses? ¿Y los que no evolucionen qué? Esta película nos vende la idea de que el genocidio es un bien necesario. Algo oscuro se trama. El mismo héroe y nuevo vengador, Vision, jamás abandona la ambigüedad de su discurso. No confirma estar del lado de los vengadores sino del lado de la paz. ¿Si los vengadores se vuelven una amenaza, serán destruidos? ¿También será excusa su mera existencia de humanos involucionados?

 

Todo ese discurso va contra el cristianismo que nos señala que no debemos tratar de manera distintas a las personas. Avengers 2 es humanista en el peor sentido imaginable. No recomiendo que sea vista si quiera. Su trama es plana excepto por el transhumanismo y la ¿traición? de Vision a su creador Ultrón. Aunque, como ya vimos, parece que Ultrón y el transhumanismo terminaron ganando.

 

 

 

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