Martha Chávez, mujer de oro, de ¿oro naranja?
Imperturbable es tu alma, llena de obstinación, de convicción.
Tus palabras no tiemblan ante el lloriqueo de la masa, ni ante el llanto de dos fantasmas:
Inti y Bryan, héroes de la nada, víctimas del TikTok y del veneno instantáneo.
[Pausa el video (o no): ¿te gustan esas mentiras o quieres otras?]
Nada mueve tu espíritu. Nada cambia tu voto. Ni siquiera la verdad.
Pero tú no mientes, no te traicionas, prefieres morir en soledad.
120 pudieron aceptar la renuncia de ¿el dictador?, ella no.
“Keiko ya no me representa”, dijiste. Y te creemos.
Te saludo, presidenta, glorifica estos días previos
a las elecciones del bicentenario.
Por Manuel Gavilán, escritor bajo los efectos de la mescalina peruana.