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Charly contra Pinocho, el proxeneta [+18] («Charly, un detective multiversal», 1, prólogo)

Charly contra Pinocho, el proxeneta

 

 

“Él” es la mami. Didi es la mami. Metro 64 de estatura. Pantalones jeans ajustados, acariciando su zona pélvica. La que no susurra su hombría. Metro seis dos sin sus zapatos blancos gigantes, que cubren los débiles pies de mujer. Voz impostada, sin surula en garganta. Y sus manos en una perra que le recuerda que es mujer, que nunca estaría con un hombre que no puede ofrecerle pene. Didi deja la botella Pilsen y la desfigura con su copa. Y me pide el nombre del asesino, en ese bar lleno de colombianas y venezolanas, de putas y sicarios.

 

[Cama Hotel 4 p m]

Manuela me calma. Deja su celular unos momentos para hablar conmigo. Beneficios de ser un cliente asiduo a su piel. Ya deteriorada y celulítica (en especial en la cola). “Tienes esa mirada, tan perdida”. Ella me conoce bien. O conoce la imagen estática que quiero que ella mire. Pienso en tocarle una teta, pero ya sé el resultado. Odia que haga eso, es lo más caro que tiene. “¿Algún día se rebelarán contra la ma…”. “Maduro”. “Puedes decir su nombre. No estamos en su casa”. “Esa puta prostituye menores de edad, pero te cuento que todas quieren. Es dinero. Es trabajo. Una cosa del momento. ¡Naguará!, yo voy a ser modelo”.

 

Últimamente siento que este mundo no es real, que solo es un cuento mal contado por un escritor puto mal cogido. Por suerte no me pone con transexuales. Soy Charly, el mejor detective del mundo. Quien puede saber si una mujer es puta o no con solo mirarla.

 

 

13 de mayo de 2025

 

Las mejores putas cambiaron Lima por Santiago ya hace 4 años. Ya ninguna vale 250 soles. Ni entregar documento falso ni ser grabado en la entrada de la casa de la mami. Ella me contrató. La extorsionan. No la dejan trabajar. Matan a sus protegidas. Y eso le molesta.

 

Yo la trato como hombre. No por miedo. Quizás por miedo. Siempre con una botella en su mano izquierda llena de cerveza Pilsen. Sí, ya no me oculto. Ya no necesito intermediarios. Solo me quedan 3 casos por resolver. El mundo va a terminar.

 

Me habló de sus enemigos, otros proxenetas, los que piden cupos. Ella… Él es un proxeneta de los buenos. Los otros son los malos. Los que seguro también prostituyen menores de edad… pero a la fuerza.

 

 

15 de mayo del 2025

 

En mi celular veo la noticia que confirma uno de mis sueños. En el desierto de Wadi Rum se ve el impacto de un asteroide. Las fotos en SEPRIN muestran a un ser sin rostro, luminoso, con toga y una espada de fuego negro. Otras lo muestran de 3 metros al compararlo con las rocas del lugar.

 

 

16 de mayo

 

Los carros blindados siguen siendo vaciados. Al igual que las bóvedas. Nunca hay rastros. Pasa en Sudamérica y también en España. Mi contratista investiga en Francia. No es normal ni sensato robar soles peruanos. No son útiles en otro lado. ¿Quizás esta vez es una simple coincidencia?

 

No, mierda.

 

 

17 de mayo

 

Pinocho me dejó sin Manuela. Hoy anunciaron su fallecimiento. María Isabel era su nombre. Madre de dos hijas. 28 años. Joven. Aún joven. La Mami no quiso pagar el cupo. Yo se lo sugerí. No pensé que me arrancarían a mi Manuela. Ahora es personal.

 

 

18 de mayo

 

He vuelto a soñar con Isabel. Me habla de buscar a un dios por distintas realidades. Me da vistazos de esos mundos. En uno soy Charlize, ninfómana y la mejor detective del mundo. Quien sabe qué hombre la tiene parada con solo mirarlo. Quien prefiere los miembros jóvenes. Los penes son como panes. Mientras más frescos, más ricos.

 

 

19 de mayo del 2025

 

[Parque del recuerdo 2 p m]

No me atreví a ir al velorio de Manuela, pero sí a su entierro. Acá estoy, escuchando murmullos. Sí, yo soy el detective. Sí, pueden dispararme. Pueden secuestrarme. Atarme y violarme.

 

Ya nada importa. El mundo está por terminar. Me paro lejos de todos. Veo los arreglos florales, las camisetas de Colombia. Del 10: James Rodríguez. Mi colombiana… mi Manuela.

 

Muchos miran a la Mami, con odio. La Mami. Quien no quiere llamar la atención en el país. Alguna vez me dijeron…

 

“Si no puedes callar una voz, solo haz que el resto grite más fuerte”. No, esa no es la frase. Pero básicamente la Mami quiere que el Tren de Aragua llame más la atención que ella. ¿Los asesinatos serían un autogolpe? ¿Cómo el de Chávez? ¿Cómo el 9 11?

 

 

20 de mayo

 

Ese recuerdo persiste. Y al notarlo, salta el otro, el de mis manos en Manuela. Acariciándola de arriba a abajo. Palpando su cabeza. Besándola donde no hay pelos. Ella de rodillas. En la cama.

 

Cuando el recuerdo persiste, Manuela me calma. Y poco a poco. Dejamos la agitación.

 

Entonces recuerdo que soy el mejor detective del mundo y que ya tengo el caso resuelto. La mami es Pinocho. La mami agarró a mi Manuela. Y me la enterró.

 

 

21 de mayo

 

El recuerdo persiste. El vaho tabaquero endurece todo y se vuelve sueño. Y tras el humo, putas y sicarios. Y tras el humo, humedad y frío. Y cien pasos. Hasta un establo que evade la bruma. Y descubrimos a un niño de espaldas, perdido en unos apuntes en la pared. Es un lugar grande, oscuro y vacío. Cuando el Segundo le recuerda el tiempo de su encierro, él voltea, pero no tiene cómo mirarnos. Se empieza a volver anciano, mientras la realidad es desfigurada. Logra apresarnos y ahora el mundo ya no existe. Solo somos los 4 en medio de la nada.

 

Charly: ¿Y eso es todo lo que recuerdas?

Isabel: Este mundo desaparece. Lo sabes. Eres el mejor detective del mundo.

Charly: Quieres que encuentre a Zugasti.

Isabel: Ayúdame a buscarlo en todos los mundos posibles

Charly: ¿Qué gano?

Isabel: Es tu destino. Es el juego definitivo.

Charly: Entonces lo haré. Lo encontraré.

 

 

10 de mayo

 

[Flashback, hace 11 días]

Mis chinitas. Qué lindas. Termino. En mi jardín. Crezcan, Daniela y Milagros. Crezcan fuertes y den pronto flores.

 

Ahora mis manos húmedas acarician el teclado. Marcando un ritmo siniestro.

 

“Pinocho sigue matando prostitutas”, dicta el periódico. Por fin. Nada sobrenatural. Solo un perturbado que odia los precios actuales.

 

 

21 de mayo

 

[Bar en Lince 4 p m]

Al mundo le quedan pocas horas. Quizás minutos. La mami me espera en su mesa bañada con luces multicolores que cambian su mirada cada segundo. La bulla es regetón, como el que Manuela puso en nuestro primer encuentro. Como la música de los bailes en TikTok. Música para la masturbación.

 

La mami se agacha un poco y ya no llegan los colores neones a su cara. Todo se siente más oscuro. Sentados, cara a cara, todo se reduce a nosotros dos.

 

Me sonríe. Mira mis ojos, se queda unos segundos en mi boca. Y me pide el nombre del asesino.

 

“Tú eres el asesino”

“Vaya, eres bueno, chamo”

“Realmente lo dije sin estar seguro”

“(Ríe) Eres bueno”

“No, en serio. No sabía”

 

El mundo terminó. El mío. Recordé las palabras de otro proxeneta, de otro mundo. Chivo Stardust. De voz susurrante, como caricias de mamá. Como caricias de la Mami. Como los labios de la Mami. El cuello de la Mami. El tatuaje de su oreja. Sus tatuajes en la espalda, sus gemidos. Su cabello corto. Mi verga en su boca con alambres. Mi verga en su culo. Y mis manos en su cuello sofocado. Yo terminé con la mami. Yo terminé en la mami.

 

Y sí. Esos fueron los últimos 5 minutos de este mundo.