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Los 6 siniestros
El corta nalgas
Qué rica chamita. Dios. He tocado a las mujeres por 10 años con mi herramienta. Hoy me tocó una chamita, de falda atrevida. 125. No, 150 gramos por metro cuadrado. Una falda casi transparente, tímida al tacto, inalcanzable por mi mano derecha. Pero no por mi herramienta. 23 centímetros. Corta, perfecta. 4123C. Ese es el color. De la falda divina. Es la tercera vez que la vi con esa falda. Un celeste grisáceo y claro. Una faldita como de tul. No, un poco más gruesa. Pero desnuda ante mis ojos. La vez anterior me coloqué detrás de ella, muy brevemente. ¿Sintió mi fuerza? ¿Alguien la siente? Quizás no. Por eso hace falta mi herramienta.
La tengo frente a mí, metálica, aún cubierta de la sangre de mi amada. La uno a mi pierna, poco a poco. Sentimos lo mismo. Mi pene estalla. ¿Sentiste mi fuerza?
He desperdiciado mis talentos. No lo de ser un criminal, no hay nada intelectual allí. Pero 10 años sin ser capturado son algo. Esta sociedad de mierda nunca sospecha de alguien con camisa y cabello bien cuidado. Creo que estoy listo para crímenes más grandes. Mi trabajo de mierda como publicista ya no es suficiente. Las salidas los fines de semana se ven iguales. Ya conozco todo Lima. Pero no a todas sus mujeres. No todas las sangres. Necesito aliados. Un grupo de hombres heterosexuales, 6 hombres siniestros.
¡No! ¿Quiénes son ellos?
Charly59: Te llegó la hora, putito.
Aracno
Moscas flotantes, así les dicen. Esos pequeños dibujos microscópicos que habitan las paredes. Hoy no las veo.
Hoy mi visión me permite ver letras muy pequeñas que antes se contorneaban. Pestañeo. Igual. Veo los números. A 3 metros, en mi cuarto. La medida de los lentes de contacto que ya no necesito: -7.00 de miopía, -150 de astigmatismo. En el ojo derecho. Y en el izquierdo…
Tocan la puerta a golpes. En secuencias. Una vez. Dos. Tres veces. Cuatro. ¡Abre, conchadetumadre! ¡Abre, Peter!
¡Ya voy, tía May! Es la puta de mi tía. Cree que me estoy masturbando. Aún no. No lo sabe. Pero no puedo. Se va. Se va la puta. Vieja puta. Se va sin saber que no puedo masturbarme. Mi fuerza es descomunal. Temo hacerme daño. Ante mí, casi un orificio. Un cóncavo de 5 centímetros de profundidad, 23 centímetros de circunferencia (bueno, un círculo mal hecho). Un golpe. Bastó un golpe. No uno muy fuerte. En la tarde me picó una araña cuando fui al laboratorio. Dormí por 5 horas. Mi cuerpo despertó siendo el de un atleta. No, el de un superhéroe. No, mejor: el de un súper villano.
Tocan de nuevo la puerta. ¡No!
Charly 53: No soy la tía May.
Falso Charly/Zugasti
12 de octubre del 2019
Otro discurso de mierda de ese tal Alan García. ¿Por qué no se mete un tiro? Eso debería hacer: tirarme a todos esos políticos de mierda. Bueno, a las mujeres. Quizás a Mercedes Araoz. Qué delicia.
…Algo anda mal. Mis personajes. No puedo verlos.