– Esteban Continente arranca y nos explica su novedoso «Varonismo católico».
Ander Bertol: ¿Por qué?
Esteban Continente: Estaba cansado del rumbo que tomó el partido. Mi familia y mi trabajo estaban en riesgo.
Ander Bertol: Pero tú no trabajas y estás divorciado.
Esteban: Me refiero a Ángel (9 años) y a Carlos (6 años). Y, sí, ahora estoy desempleado pero ya me ha llamado un grupo en España interesado en mis investigaciones. Y un canal. Han encontrado valiosos mis textos en defensa del trabajo infantil. Me siento halagado. Volveré a mis investigaciones académicas e históricas muy pronto.
Ander Bertol: ¿Por qué el varonismo debe ser católico?
Esteban: Hace unas semanas me di cuenta de que Aldo está muy loco. Hace unos meses sucedió el incidente con los Testigos de Jehová. Me di cuenta de que toda la gente que conozco es parte del complot. Entendí que solo puedo confiar en alguien: Dios. Así que hace dos días hablé con él. Le pedí disculpas por mis 10 años como ateo randiano. Luego él me perdonó y me dijo que me protegería. Entonces hicimos un pacto de no agresión. Yo nunca más volvería a hablar en contra de él y él protegería mis propiedades (incluida mi vida). Entonces decidimos fundar el Varonismo católico, el cual mezcla las enseñanzas del todopoderoso con la lógica sólida anarcocapitalista.
Ander: Entiendo…
¿Qué más te dijo Dios?
Esteban: Me dijo que Aldo es un falso profeta. Y cuando me lo dijo fue revelador. Fue en ese momento que borré a los 4000 varonistas que tenía en Facebook.
Ander: ¿Qué más dijo?
Esteban: Me dijo que los otros 9999 varonistas serían juzgados por haber caído en actos de zoofilia como Juan Ochoa que defendía y teorizaba sobre el coito con cabras y burros. Me dijo que el sexo era una creación del diablo. Esto último me llamó la atención. Discutimos por una hora y luego me dijo que se había confundido, que el sexo es muy normal y que es legítimo pagar por él para conseguirlo. También me dijo que luchara por el trabajo infantil.
Ander: Todo esto que me dices… ¿realmente lo crees o lo dices porque fuiste amenazado por el gobierno?
Esteban: Yo… Yo sí lo creo. El servicio de inteligencia no me ha amenazado.
Ander: Ahora hablemos de tus investigaciones. ¿Mussolini es una mujer misándrica?
Esteban: Estoy 100% seguro.
Ander: Y ahora que estamos en temas académicos, ¡que pase el sociólogo y hombrista Javier Garófalo!
Javier Garófalo: Eres una vergüenza para el mundo académico. Eres un farsante. Quiero ver tu título.
Esteban Continente: No me siento aludido. Tú ni siquiera defiendes al varón. Eres un postmodernista.
Javier Garófalo: ¡Tú eres individualista y crees en Dios!
Ander: Calma.
Javier Garófalo: La superficialidad académica amenaza al mundo. A pararla. ¡A pararla bien fuerte!
Ander: Javier, ¿hoy has venido a desenmascarar a los varonistas?
Javier Garófalo: Hoy he venido a acabar con este movimiento y lo haré en vivo.
Ander: ¿Y lo harás con los argumentos de un verdadero académico?
Javier Garófalo: No, he traído a la ex novia de Aldo Andonegui, el líder de estos payasos. Que pase Bárbara.
Bárbara: Yo contaré la verdad del varonismo.
Ander: Buenas noches, ¿cuál es esa verdad?
Bárbara: Aldo creó el movimiento porque le negué el sexo anal.
Ander: ¿Y así empieza todo?
Bárbara: Sí, luego terminamos y se puso a leer por 6 meses a Ayn Rand y a Mises. Después de eso no fue el mismo.
Ander: ¿Cómo era antes?
Bárbara: Era un chico muy dulce. Mises lo arruinó (se quiebra emocionalmente).
Ander: Tranquila. Ya eso quedó en el pasado.
Bárbara: (llorando) Él… me sigue acosando.
Aparece Mario Velázquez.
Mario: Tu deber como mujer es satisfacerlo en la cama. Lo que tú le hiciste fue un chantaje sexual.
Javier: ¿»Chantaje sexual»? ¿De dónde se inventan esos términos?
Bárbara: Mario, tú nunca conociste verdaderamente a Aldo. Él era un buen chico. Tú también eras normal.
Mario: Eres una mujer insolente.
Ander: Por favor, orden.
Javier: La mujer no tiene ningún deber. Ni siquiera el de dar amor.
Mario: Eres un traidor al género, Garófalo. Eres igual de enfermo que todos los hombres que creen en el amor romántico.
Javier: Yo ya he discutido con ustedes y los he dejado en ridículo. El día que se dediquen seriamente a lo que hacen, podrán hacer un movimiento de verdad. Lo suyo no pasa de una broma de mal gusto.
Esteban: Mario, debes calmarte. El Señor reprueba tu actitud.
Mario: Tú eres el peor de todos. Eres un enfermo. Nos desprestigias.
Javier: jajajajaja
Ander: jajajaja Perdón. Mario, una actitud más sosegada. Vamos. Es una charla amistosa.
Mario: Pronto te llevaremos a juicio, Javier. Todos los traidores al género pasarán por juicio. Nos vengaremos de la justicia matriarcal actual que es como la santa inquisición.
Javier: A ti te deben juzgar por imbécil. Vete al manicomio, enfermo de mierda.
El cuarto se oscurece un poco. Hace su aparición Aldo Andonegui con un una mirada perturbada.
Aldo Andonegui, líder de los varonistas y fundador del Varonismo: Bárbara miente. A ella le gustaba que la sodomizara. Lo que a ella le molestaba es que yo frecuentara prostitutas.
Javier: Esto es demasiado.
Aldo: Para ti también hay, Javier. Eres un romántico enfermo como Axel Fernandes.
Javier: ¿Quién coño es Axel Fernandes? Nadie sabe quién es ese hijo de puta.
Aldo: El cantante Axel Fernandes.
Javier: Nadie lo conoce. Debe ser otro de tus delirios.
Esteban: Aldo, nunca existió ese tal Axel Fernandes. Deja de inventar esas cosas. Necesitas ayuda del Señor.
Aldo: Esteban, eres de lo peor. Eres un traidor que se convirtió en un fundamentalista religioso. Todas las religiones abrahamanicas son misándricas y castrativas pero elegiste la católica para joderme a mí. Todo encaja. Tú eres un infiltrado del servicio de inteligencia. Siempre lo supe. Quieres desprestigiarme para que yo pierda credibilidad.
Esteban: ¿Yo qué? No conoces a Dios. Yo no hago todo solo. Él me ayuda. Es algo de dos.
Aldo: Él no existe. ¿Cuánto te pagaron para autodifamarte para que me desprestigies?
Javier: ¿»Autodifamarse»? ¿¿Ustedes en serio creen esa basura que sueltan todos los días?? Vuelvan al ESO. Son unos ignorantes.
Aldo: ¿Qué harás? ¿Me matarás? Leí tus columnas, Javier. Escribiste que pensabas matarme. No he olvidado que casi me estrangulas. El enfermo eres vos.
Javier: Sí, te mataré. Eres un monstruo. Tú desconoces tu verdadera identidad. Debo salvar al mundo de un enfermo como tú.
Javier arremete contra Aldo. Lo somete en el piso. Le rompe la nariz. Mario trata de ayudar pero Javier saca una pistola y le apunta en la cabeza. Bárbara corre a cualquier lado. Yo estoy detrás de un mueble. Mis piernas se agitan. Estoy hiperventilando. Algo sucede con el lugar. El piso empieza a perder solidez. Las luces se apagan por completo. Hay una luz extraña. Javier empieza a gritar. Mario se acerca a donde estoy.
Hay una voz extraña. No es la de ninguno de los que estábamos ahí. Veo a un hombre con horribles protuberancias en la cara. Es Marat. Él ha vuelto a poseer a Aldo Andonegui. Arroja a Javier contra la pared. Ahora lo levanta del cuello. Javier se ve minúsculo. No sé qué hacer. Mi cuerpo se empieza a paralizar. Marat sigue torturando a Javier que solo trata de zafarse. La pistola está muy cerca de mí. Podría acabar con esto de una vez por todas. Todo se empieza a difuminar. Empiezo a ver luces de muchos colores. Dejo de escuchar. Solo veo a Javier agonizando en manos de Marat. Parece que gritara muy fuerte. No puedo escucharlo. Marat se vuelve cada vez más monstruoso. El piso empieza a tragarme. Todo empieza a oscurecer.
Despertamos aparentemente muchas horas después. Es de madrugada. Mario parece estar inconsciente. No sé que pasó con Bárbará. Javier está en el piso. Me acerco a él. Lo dudo. Me acerco. Me acerco más. Tiene las manos muy frías. Parece que no respira. Sí. Ahora veo su mirada. Está muerto. Aldo lo mató. No puedo quedarme acá. Debo escapar.
En la puerta encuentro el cuerpo de Esteban. Su cuello está espantosamente alargado y apretado. Siento náuseas. ¿Por qué él? ¿Por qué él único de estos idiotas que jamás hizo un llamado al odio?
Esteban tuvo una vida fugaz en la que trató de revolucionar el mundo. Una vida donde trató de «rasgar las verdades reveladas» (Mussolini dixit) y de escarnecer los paraísos como el comunista (ídem). Esteban nos deja una enseñanza: nunca te rindas. Aunque la sociedad se burle de tus ideas y de tus investigaciones, lucha, lucha por la verdad.
¿Qué hubiera sido del mundo si Esteban hubiera vivido al menos 10 años más? ¿Cuántas cosas habrían cambiado? Tomo su cuerpo cosificado. Miro su rostro. Parece que sonríe. Tuvo una vida amarga. Hoy me compadezco. Porque aunque estuviera loco, era un sujeto que nunca quiso hacer daño a nadie. ¿Por qué hoy muere este hombre inocente cuyas ideas no mataron ni matarán a nadie? ¿Por qué y por qué de esta manera? ¿Por qué este hombre cuyo pecado fue alegrar a sus enemigos? Solo ahora puedo decirte gracias. Gracias por sacudir los cimientos de una sociedad frívola e indiferente. Tú espíritu disidente nunca nos dejará. Nunca te dije lo que significaste para mí. Yo siempre te recordaré como una gran persona y así pasarás a la historia. Es el mejor halago y la mejor manera de ser recordado. Hasta nunca, Esteban.