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Nicolás Morás y Aldo Andonegui (Artem) -parte 1- («Infidencias», 28/05/2020)

-El 2013 fue un año muy loco.

 

Uno de ellos amenazó con venir a mi país a golpearme y el otro me mató con su indiferencia. Uno de ellos delira públicamente y el otro vive en Argentina. Y uno de ellos difama al otro, como siempre lo ha hecho. Es su modus operandi.

Cuando Aldo decidió llamar falso antifeminista a Morás, captó mi atención. Pero cuando justificó su ataque, solté una carcajada. ¿Y qué si Morás alguna vez apoyó al feminismo hace 8 años? ¿Eso qué importa ahora? Nicolás Morás ha leído a más autores, sigue investigando. Es normal que con más fuentes disponibles su ideología se fortalezca en los puntos ya consolidados y cambie en los que, a la luz de nuevo material académico (y las evidencias), no eran del todo firmes.

 

Aldo/Artem

Escribo esto, porque Aldo citó este medio con inexactitudes que yo aclaré en un mensaje que no quiso publicar. Yo nunca estuve de acuerdo con su «periodismo difamatorio». Llegué a pensar que sus historias sobre el sexo anal eran parte de una performance, el estilo de un alter ego loco. Algo que acá se ha hecho, pero no a ese nivel criminal en el que se grita que casi todas las mujeres eran prostitutas sedientas de sexo anal (incluida «La petera de Tolosa», CFK, la ex presidenta) y que todos los hombres, sin excepción, son unos enfermos. Además, sus relatos están llenos de muchos chistes. Por ejemplo, el párrafo en el que narra cómo la ex presidenta Cristina, a sus 13 años, perdió la «virginidad anal» con dos camioneros amigos de su papá lo remata indicando que los vecinos decían de ella que levantaba más polvo que un camión.

 

Christian Sanz

Nicolás Morás, mediante un video en Youtube de casi 1 hora, estableció que Sanz es un farsante con antecedentes de mitómano. Busquen el video. No me aburrió tanto. Solo evité 10 minutos casi entrando al final. ¿No es el mismo periodista en el que se apoyó Reshetnyak para decir que Susana Trimarco inventaba víctimas de trata para justificar las donaciones a su ONG?

¿Por qué Sanz es importante acá? Una de las dos columnas que critica Nicolás Morás es de autoría de Aldo Andonegui, el cual figura como anónimo («columnista invitado»). Aldo Andonegui nunca me dijo quiénes eran las fuentes de sus delirios. Incluso una vez me dijo que escribía, porque estaba amenazado de muerte. Pero luego aparentemente habría sentido cierto cariño por sus captores y les creía todo. Parecía estar convencido de que mucho de lo que escribía era cierto. Pero a la vez admitía que no le mostraban evidencias, que era suficiente saber que ellos eran, en sus palabras, miembros de algún servicio de inteligencia. ¿Será acaso posible que luego de un tiempo una de la fuentes del ucraniano sea Christian Sanz?

 

Nicolás Morás

Te pido disculpas, Nicolás. Pero debí ser riguroso con el texto de Verónica. Es incoherente que luego le haya dado tantas libertades a Artem. Lo admito. Pero cuando fui riguroso aquella vez, tenía razón. EFYR pudo ser un medio «libertario (de izquierda)» con ciertos columnistas de otras tendencias (amigos o conocidos tuyos), pero ese no era el espíritu original del medio. Quería a alguien que pensara diferente a ti, alguien con un pensamiento muy distinto. Y lo tuve en Artyom, pero él estaba completamente loco. Tampoco acepté hacerte una entrevista en la que tú me dabas las preguntas de antemano. O sea, una publicidad encubierta hacia tu movimiento de ese entonces y a tus amigos (y hacía ti). Te enfadaste y me dijiste muchas cosas en el chat. Pero eso ya no importa. Fue hace mucho. Mi problema es con Artyom, el cual me evita desde hace ya mucho tiempo.

 

Max