– Aclaraciones antes de mi entrevista fálica de mañana.
1.- Hembrismo no es feminismo. Feminazismo es hembrismo. Feminismo no siempre implica una lucha por una verdadera igualdad.
He seguido, en las redes sociales, los comentarios que ha erigido mi texto “El feminazismo amenaza la democracia” y he comprobado una diferencia difusa entre feminismo y hembrismo en lugar de una marcada diferencia en cuanto a lo equivocado de sus discursos.
El hembrismo no es feminismo. El hembrismo proclama la superioridad de la mujer. Es directamente peligroso porque es una contraparte del machismo más violento y arcaico. A estas mujeres las conozco mucho y muy bien. Sufrí un ataque de estas señoras en 2010. A estas las llamo feminazis.
A las feministas las divido en dos grupos. El primer grupo está manchado de irracionalidad. Es una facción enemiga. Es un montón de mujeres que lucha por un concepto errado de “igualdad”. Son señoritas, llenas de buenas intenciones, que simplemente la embarran. Su lucha está mal enfocada porque no toman en cuenta la realidad. ¿Cómo entonces pueden defender cuotas de género que reemplazan el criterio igualitario de la capacidad por uno antojadizo como el género? Puede parecer tentador apelar a una cuestión reivindicativa pero… ¿A caso para reivindicar a los negros esclavos vamos a poner a un negro moderno de presidente sin pasar por elecciones generales? No debemos permitir un afán reivindicativo febril que parece propaganda irreflexiva y dogmática. Las reivindicaciones deben llevarse solo de manera racional sin detonar el sentido común. De otro modo, insisto, atentamos contra la democracia. A este grupo hay que pararlo. ¡A pararlo! Y hay que parar a los hombres que suscriben esta lucha autodestructiva. Ellos son sujetos que no son inmunes al poder irracional de la vagina.
El segundo grupo de feministas no cae en la reivindicación irracional. Pero, a mí parecer, este grupo es minoritario. Estas señoritas son mis amigas. Debemos unirnos en la lucha. ¡Hombristas y feministas racionales juntos por la justicia, la libertad y la verdadera igualdad!
2.- Mujer conservadora y mujer liberada: no siempre incongruentes. La perspectiva anarquista vuelve a mostrar sus deficiencias en cuanto a su aplicación en este siglo.
Me sorprende que en una época en la que el contexto recibe su justa valoración (aunque a veces sí se le da un exagerado protagonismo), haya gente que siga creyendo que autores del siglo XIX y XX pueden saber más de nuestra realidad moderna y cercana que usted o que yo. No sé muy bien que autores consultan las feminazis y las feministas descarriadas pero debo decirles que incluso los autores hombres de esos siglos hoy pasan tranquilamente como retrasados mentales. Y los genios como “normalitos”.
¿Cómo es eso de que una mujer liberada no puede ser conservadora? ¿Liberada por quién o qué? ¿Por un dogma de libro decimonónico? ¿Por el partido feminazi? ¿Por tu tabla de valores holgada y agujereada de “mujer liberada”? La mujer conservadora no se ve “oprimida por un constructo patriarcal”. ¿Cómo se puede hablar de eso en un contexto en el que la mujer ya es libre (aunque recientemente)? Quizás como ejemplos en sus luchas imaginarias ponen al mundo de 1800, 1900 y, ya, 1960. Actualmente el conjunto de normas aunque de origen masculino es totalmente abierto y democrático salvo en casos puntuales como el aborto y los matrimonios entres lesbianas (pero solo en algunos países). ¿”La lucha de clases feministas”? ¿Qué es eso? Si ocurrió esa lucha, la mujer ya la ganó (y donde aún no la gana, pronto lo hará). La mujer conservadora aunque afectada/influenciada por un contexto de normas decide voluntariamente ser, por ejemplo, pudorosa en lugar de una sexópata enfermiza. Las dos actitudes no giran principalmente sobre el aspecto legal sino sobre el aspecto de personalidad e individualidad. Y es en la personalidad de una mujer conservadora que un grupete de mujeres sadomasoquistas no debería “legislar”. Que le digan santurrona si quieren pero que no pongan excusas seudointelectuales a su intolerancia.
3.- Agradezco el aún tibio apoyo de los sectores más libertarios de las redes sociales.
Agradezco el apoyo de los sectores menos ortodoxos de las redes sociales. Los libertarios (los verdaderos) que apoyan mi movimiento lo hacen sabiendo que esto es 20% entretenimiento pero que chuta y acierta las veces que dispara con seriedad (prácticamente siempre). ¡Paremos el feminazismo! ¡A pararlo! ¡A pararlo bien fuerte!
Javier, miembro del partido hombrista.
*seré entrevistado mañana.