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La muerte de un poeriodista columnista al ritmo de Angel Olsen

Hoy se apagó la primera estrella del 2017
 
 
No escribo bien. Yo lo sé desde siempre. Pero si a alguien hago más daño engañando no es al lector que cree que la cultura sigue viva y se reinventa cada vez más, sino a mí mismo.
 
Yo sé esto siempre. Pero me esfuerzo de todas maneras para ganarme los centavos con lo que mejor (y más fácil) sé hacer. No pagaban mucho, porque, como decían que era adolescente y aún no tenía 18 podía ser como alentar el trabajo infantil, lo que, obviamente, EFYR no quiere promover.
 
Yo no he hecho daño a nadie, pero hace poco encontré que en La República alguien me parodiaba. Había un personaje que obviamente era una burla hacia mí. Escribe columnas simplonas, sin brillo, con ideas que todos podrían decir, sin originalidad, y además, escribe poemas peores, tontos, sin gracia, y que si bien están correctos en lo formal, no aportan nada valioso al género.
 
Esto me ha deprimido mucho. Y no he empezado bien el año. Además, ya no tengo mucho para comer, no tengo ganas tampoco de buscar un mejor trabajo. No es sorpresa que, no solo los poetas, los periodistas no puedan conseguir un trabajo en un lugar valioso o de respeto. No es sorpresa que cualquier pueda escribir una columna, todos los días de lo mismo o que opine sobre cualquier cosa sin saber, no es sorpresa que haya gente así y a pesar de eso a un cualquiera como yo no le puedan dar lo mismo.
 
Así que, he decidido que lo mejor que puedo hacer es suicidarme. Juntè el poco dinero que tenía para comprar veneno para ratas, que tendré que tomar así nomás porque no tengo ni para combinarlo con agua o gaseosa.
 
Ahora pongo un poco de música: mi celular solo tiene un álbum. Desde hace unos días he estado escuchando a Angel Olsen. Me gusta Shut Up Kiss Me, pero para este momento Not Gonna Kill You suena mejor. No es un álbum de Iggy Pop, pero está bien para morir así.

 

 
No sé si mis poemarios podrán ser publicados y se valoren más cuando esté muerto. Será complicado para el que los busque, así que se los di todos a mi madre Valentina Kodama. Espero que puedan hacer buen uso de esos libros y poemas que no logré compilar en libros.
 
Voy a tomar el veneno ya, poner en repeat Not Gonna Kill You
 
«My watch is blurry when I look down at my hands
I’m just another, alive with impossible plans
I turn the lights low but we both know where we are
And when it’s over, what becomes of your pure heart?»
 
Lo siento, lo siento bajar ardiendo en mi garganta. Y me arrepiento de no haber probado alguna droga, de repente habría sido todo más llevadero.
 
«Can’t help feeling the way that I do
Become a prophet
Become a fool»
 
Recuerdo todo lo que escribí y espero haber guardado lo mejor para que salga luego de que muera. Como dice Angel Olsen, «I’ll let the light shine in». Lentamente, pero que venga. Argh.
 
Ahora sí. Ya viene. Al menos podré saber qué hay, aunque sea en un solo momento, al fin podré saber qué hay, aunque sea un segundo antes de sentir que desaparezco, aunque sea un segundo sabré si había algo. Y si lo había, al fin podré verte, Borges. Así se llamaba mi perro. Lo perdí hace dos años. Mi perro. Borges.
 
«May the best of you win.»