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Argumento cosmológico revisado
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[No es lo mismo “había nada y luego algo” que “siempre ha habido algo”. Lo primero plantea una nada previa. No se ve intuitivo. Lo segundo plantea un todo, un universo, que siempre estuvo, que no necesita explicación (el porqué presupone ya una causa externa, es un salto gratuito, una pregunta no válida)]
Podemos decir desde la intuición que la causalidad es unánime. Todos podemos apreciar que un estado de una cosa antecede a otro. Una manzana podrida se ve antecedida por su versión vivaz. También podemos ver cómo algo es movido por distintas fuerzas, como la del viento, la gravedad o incluso la de un lanzador. El mundo es un entramado de interacciones de elementos, leyes y compuestos. Para hacerlo más corto podemos decir que una causa (o estado o interacción) antecede a un efecto (o estado o interacción). Dejémoslo así: “un causa antecede siempre a un efecto”.
Estas interacciones se ven intuitivas y hasta observables EN el lienzo, el universo. ¿Por qué plantearlas fuera del lienzo? No es posible, es una maniobra sin fundamento.
Estas interacciones y su validez intuitiva pueden retraerse, pero solo hasta donde el lienzo lo permite, el contenedor de las interacciones: el todo, el universo.
Hay algo más que es intuitivo. ¿Cómo debe ser el lienzo para soportar una interacción que se dice infinita (otros buscan en primera instancia hacerla válidamente eterna -incluso yendo más allá del lienzo-)? ¿Cómo debe ser el lienzo entonces? El lienzo debe ser infinito.
Creo que es más correcto e intuitivo que plantearse la causalidad fuera del lienzo del universo, ahí se presume algo externo de manera gratuita. Se puede decir que no hay razón para afirmar que la causalidad (u otra ley o interacción) funciona o sucede fuera del lienzo del universo. Luego la causalidad o simplemente se ve limitada a unos “márgenes” en el lienzo (decir un lienzo finito es extraño -porque esos “márgenes” solo serían aparentes y solo una forma hablar del límite de la causalidad-) o el lienzo (el universo) es infinito y contiene la causalidad sin problemas. Por eso no uso el término “márgenes”. Es más correcto e intuitivo para lo planteado hablar de un todo infinito. En cualquier caso, desde lo lógico, presumir algo externo es un error. No es un camino válido para cimentar la posibilidad de Dios en un marco racional y lógico. Es una maniobra o jugada no válida.
Apuntes sobre física
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Hay otra manera aparente para llegar a cimentar la posibilidad de Dios. Pero resulta ser un espejismo, porque incluye el salto inválido que ya he señalado.
El planteamiento de ciertos teístas empieza con las evidencias de la expansión del universo. Toma la evidencia de que las galaxias se alejan entre ellas y retrotrae eso a un Big Bang, un punto en el que todo estaba contraído, condensado. Un singularidad. Se enmarca en lo mayoritariamente aceptado por los científicos. Lo que no te dicen es que no hay ningún consenso sobre lo que habría antes de la singularidad o de si tiene sentido preguntarse por algo anterior al supuesto inicio. En ese momento ejecutan la maniobra inválida de la causalidad de esta forma: “todo efecto tiene una causa externa”, lo cual no es necesariamente cierto. Incluso en un universo finito, este lienzo finito sería el límite en el que se puede retraer la causalidad (observada e intuitiva del día a día). Ir más allá es tentador, pero es un salto gratuito.
Por cierto, ¿hay evidencia observacional de esa singularidad? ¿Se sabe que las leyes de la física funcionan en ese contexto como se predice? ¿O hay todavía un modelo científico siendo ajustado?
Principio antrópico
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Otra búsqueda de un cimiento racional por parte del teísmo es el principio antrópico, el cual dice realmente nada al respecto. Se limita a señalar cómo si el universo fuera distinto, la vida humana no sería posible. Que bastaba un pequeño cambio en su evolución o expansión para que todo fuera distinto. O sea, no dice nada. O nada relevante sobre Dios. Pero sí puede dejar asombrado a animales reflexivos, los seres humanos. Lamentablemente, el principio se reduce a algo como “si todo fuera diferente, todo sería diferente”.
Los porqué en estos casos buscan afirmar algo mientras lo asumen. Como otras preguntas tramposas. “¿Por qué el universo es de una manera perfecta para la vida humana?” pretende implicar que hay una razón por parte del universo (“¿quién hizo un ajuste tan fino?” es una pregunta más descarada). O para los teísta, una intención, una voluntad. De manera gratuita. Es un salto, una suposición.
El universo se expandió y dio vida a animales. Uno de esos es el hombre, con la capacidad de reflexionar. Puede verse como el simple producto de las interacciones. También como el recibidor del regalo de vida. Lo cual es extraño. Pero nada implica un quién a quien agradecer. O una voluntad. No hay necesidad para hincarse y agradecer. Una subordinación del humano al universo.
También se puede decir “¿por qué el universo necesita crear a los humanos?”. Y plantearle una necesidad al universo, lo cual es extraño. Pero en este caso se subordina el universo a los humanos. El hombre puede verse como algo más que el producto de las interacciones. Puede verse como un ser necesario para toda la existencia. Sin saber el cómo. O sin que sea posible saber el cómo. Otro salto gratuito.