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Resulta que tu papá firmó el contrato social por mí («Tercermundistas», 10/04/2013)

Resulta que existe un contrato social. Resulta que lo firmé (sin saber). Resulta que lo firmó algún antepasado. Resulta, pese a todo, que es legítimo.

 

El Estado moderno es el opresor legitimado.

Hay quienes se proclaman maridos de la libertad y, al mismo tiempo, aman prohibir incluso en materias de las que solo conocen el nombre: política, economía, derechos, ética, intercambios voluntarios, etc.

 

Hace unos días leí la entrevista a un «libertario» que habló de enjuiciar a todos los que se están enriqueciendo actualmente porque este, el capitalismo actual, según el traidor, es un sistema corrupto que explota incluso en contratos voluntarios.

 

Hablo, adivinó, de Nicolás Morás y Max Aguirre, los «super amigos» de la libertad.

 

Morás sería el «superman» de la libertad. Por supuesto estoy siendo sarcástico. Morás, en toda la entrevista, no hace más que criticar pactos voluntarios y, por extensión, a la libertad. Es de ese grupo de gente que se opone a la libertad abiertamente (como los comunistas y nazis). Pertenece a esa comunidad de esclavos que le temen a la libertad. Pero, paradójicamente, grita que lucha por ella. Más que su amante, es su marido posesivo: solo él puede defenderla y tenerla (o eso cree).

 

Pero si el tal Nicolás Morás es una amenaza evidente pues el tal Max Aguirre es como una enfermedad insidiosa. De su reciclaje de las locuras de Hegel, Kant y Kelsen solo salen intentos burdos por legitimar la fuerza opresiva estatal. Parece que lo hace con buenas intenciones pero basta leer que dice que el Estado es legítimo porque es un devenir, «viene dado» dice, es casi un hecho objetivo afirma. «Es inevitable», remata. Con lo cual, aquí viene lo bueno, NO importa si tú no aceptaste las leyes estatales que te obligan cumplir y tampoco es que el cumplimiento sea opresivo porque, afirma él, es un hecho como que no podemos volar y sería intrascendente hablar de elección en ese caso. ¿Entendió algo? Ese es el punto.

 

Y, esto va en serio, dice que «no importa si uno no deliberó sobre las leyes que anteceden nuestro nacimiento. La legitimidad está dada en relación con lo que deliberaron la gente que antecedió nuestro nacimiento». O sea, tu papá firmó el contrato social por mí y es legítimo.

 

Delirar con Estados posmodernos para ser el nuevo deporte de los jóvenes.
238 días desde mi última publicación. Y unos 60 días para que yo dialogue con estos dos individuos. Hasta ahora ellos dos creían que nos encargaríamos de destruir al anarcocapitalismo (como si eso fuera necesario). No, yo me dedicaré a evidenciar un poco de la ignorancia de estos dos sujetos (lo que el tiempo me alcance).

 

 

Ander Bertol
Individuo y no borrego como los «super amigos» de la libertad.