– ¿Educación apolítica y corporativizada? ¿Quién gana con esto? ¿Trabajar para los empresarios es lo mejor a lo que podemos aspirar? ¿Gustarle al Mercado lo es todo?
Tan impresentable es el neoliberalismo que la reacción de algunos para salvar la ideología privatista en retroceso es desmarcarse de algunos de sus voceros. Dicen que el brioso Bullard y otros son liberales falsos y les contraponen a un liberal «verdadero» como Mario Vargas Llosa.
En realidad el político-escritor en esencia apoya y cabildea lo mismo que Bullard, particularmente en Chile donde hay una educación privatizada y «voucherizada» como propone Bullard para el Perú como si fuera una gran novedad, a pesar del rechazo estudiantil y popular que se ve en el país vecino.
Es más, Vargas Llosa era el Bullard de 1990, con sus torpes promesas de shock económico.
Ocurre que por razones políticas coyunturales Mario Vargas Llosa anda distanciado de su apoyado Piñera, a quien ahora critica duramente principalmente por política internacional, su supuesto apoyo a Maduro. Vargas Llosa es un ideólogo, no un político, y no le aprueba el juego de cintura al derechista chileno. Pero claro, hay otro juego de cintura al que Vargas Llosa sí le entra y es desmarcarse de los indefendibles resultados de la privatización educativa chilena. Ahora se pone «comprensivo» con las protestas de los estudiantes chilenos o se solidariza con su amigo escritor, defenestrado por la ultraderecha chilena. Ahora el político-escritor oportunamente salta del barco que contribuyó a construir.
Lo real es que Vargas Llosa apoyó con todo el modelo privatista chileno e incluso criticó que los gobiernos post-pinochetistas no hicieran más reformas privatistas como privatizar CODELCO. En 1996 provocó un debate en El País de España por su apología al modelo neoliberal aplicado en Chile y sus resultados en una de las comunas más pobres de Chile. Para Vargas Llosa el modelo neoliberal chileno era su «evangelio».
Bullard y su ¿descontextualizada? frase de que mucha educación (¿estatal?) genera gente que rechaza al Mercado.
Sonny Sotakuro
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