Dios no es necesario en un marco racionalista (“Teísmo a juicio”, 1, 28/01/2024)

De la afirmación “todo efecto tiene una causa” se sigue que el universo es infinito, que siempre ha existido.

[La causalidad sugiere una sucesión infinita. ¿Cómo debe ser el lienzo que la soporte? Infinito. El universo debe ser infinito.]

 

Lanza piezas al aire y espera a que se forme un castillo. “Es CASI imposible”, dirá un creyente. Y sí: suena a que el azar debió necesitar millones de intentos. Y los tuvo. El universo no está hecho de piezas homogéneas. Está hecho de elementos que se repelen o se atraen, que se unen o no, que se mezclan o no, que se colocan debajo de otros o por encima. Y las interacciones se hacen siguiendo sus propias naturalezas. En expansión.

No es necesario un Dios, porque no hablamos de algo imposible, sino de algo casi imposible, pero aún posible. Agregar a Dios implica asumir un espacio ajeno al universo (a todo lo que existe). Implica asumir que es solo uno y no varios, que es bueno y no malvado, pensar en si interviene o no, en si dará paz eterna o castigo. ¿Cómo se puede DECIDIR creer en el castigo eterno para familiares y amigos?

Nada se crea de la nada. El universo ha existido siempre. Condensado o en expansión. Preguntarse por la primera causa es una pregunta tramposa. Si en el universo existe la causalidad, es absurdo preguntarse por algo ajeno al universo, por una causa ajena, porque justamente la causalidad unánime se ve y aplica EN el universo, dentro de él. Si hay una primera causa referencial, esta está EN el universo.